jueves, 30 de abril de 2009

Independiente y Multidenominacional.


Yendo y viniendo por las calles de la ciudad me han llamado la atención los letreros de dos iglesias. Unos se hacen llamar Iglesia Independiente y la otra Iglesia Multidenominacional. ¿Independiente o multidenominacional?, ¿no es en si mismo una contradicción tales adjetivos juntos a un grupo de personas que se dicen ser una iglesia?.
Para empezar, me bota eso de independiente, porque suena ha aislado, a separado, lo cual contradice la idea de lo que es una Iglesia: el pueblo de Dios. O, ¿de que pueblo estaremos hablando?, ¿Qué dios será ese dios tan elitista que tiene una Iglesia “independiente”?.
Luego “multidenominacional”, es decir, puro ecumenismo fácil, lo cual suena a verdades laxas, porque, pienso yo, si Dios habla, habla con verdad y esas verdades son por tanto inmutables por mas controversias que levanten, porque acá entre nos si algo distingue a Dios, es hablar precisamente controvertidamente.
Y no es que yo no crea en el ecumenismo o en la independencia de la Iglesias, es solo que no son cosas tan facilotas como para ponerlas en un letrero y hacerlas motivo de separación.

Alcides

miércoles, 29 de abril de 2009


El arte en general le debe mucho al periodo Romántico, el comprendido en el siglo XVIII hasta principios XIX. Antes de ello, el arte, en especial la música era asimilada como una diversión o como la apreciación de lo externo; mas con la irrupción de los románticos el arte se volvió más personal, más introspectivo, mas expresar lo que se traía por dentro.
Los artistas se volvieron parte central de las obras, quedaban plasmadas sus emociones, sentimientos, su forma de percibir la vida, todo lo contrario al periodo Clásico que iban dejando atrás, donde el artista era un creador casi independiente de la obra; se me viene a la mente la Sinfonía 41 de Mozart, pues en esos momentos de componerla, Mozart estaba en el peor periodo de su vida, hundido en la miseria, con hambre y sin embargo la sinfonía mencionada es una obra llena de vitalidad, de alegría, es decir, nada que ver con lo que Mozart estaba pasando en su vida.
El Romanticismo no tiene que ver necesariamente con lo romántico, sino con la exaltación del Yo, o con la aparición de la primera persona en las obras. Empiezan a salir a flote temas como el nacionalismo y los derechos humanos.


Alcides

sábado, 18 de abril de 2009

viernes, 27 de marzo de 2009

Critica a la crítica.

Criticar es la actividad más sencilla entre los humanos, por el simple hecho de que somos seres imperfectos. Cualquier acción emprendida por nosotros lleva en si mismo la semilla de la imperfección, encontrarla es cuestión elemental.
Como el cuento aquel del papa que lleva al niño sobre el burro; la gente dice al verlos pasar, mira que niño tan abusivo, deja al pobre papa caminar. Intercambian posiciones, pero ahora las críticas son contra el padre desnaturalizado que deja caminar al hijo. Deciden pues caminar ambos, pero la gente los tacha de tontos al no aprovechar al burro para que los lleve cargando.
Claro esta que no toda critica es correcta, la mas de las veces, esta sesgada por factores que van mas allá del sano juicio, por ejemplo la envidia. La envidia nos hace juzgar inclusive inconscientemente en contra de lo envidiado, contamina nuestra visión. También el rencor, el odio y toda esa familia de sentimientos enturbian nuestra perspectiva hacia los demás.
Pero no solo brotan de nosotros los factores que nos hacen equivocar el juicio, también desde fuera nos bombardean cosas que nos hacen errar contra los demás, por ejemplo, la educación misma, una persona inculta no puede juzgar certeramente lo que afirma una persona que tiene conocimientos mayores. Sin embargo este desconocimiento no suele ser impedimento para bombardear con críticas aquello que ni siquiera entendemos.
En contra parte, la critica es necesaria, solo así nos podemos corregir muchas veces. Siempre necesitamos una voz pertinente que nos ayude a volver al camino correcto, así que desdeñar las críticas por ser solo críticas puede ser un error. El problema radica en discernir que critica es correcta y tener la humildad de asumirla, ¡casi nada!
Alcides

jueves, 26 de marzo de 2009

Oficialmente anciano


En este mes de diciembre completo los 70 años. Para los parámetros brasileños, paso a ser oficialmente anciano. Eso no significa que estoy próximo a la muerte, porque ésta puede ocurrir ya en el primer momento de la vida. Pero es otra etapa de la vida, la postrera. Tiene una dimensión biológica, pues, inevitablemente, el capital vital se agota, nos debilitamos, perdemos el vigor de los sentidos, y nos despedimos lentamente de todo. De hecho, resultamos también más olvidados, quién sabe, impacientes y sensibles a los gestos de bondad, que nos llevan fácilmente a las lágrimas.
Pero hay otro aspecto, más interesante. La vejez es la última etapa del crecimiento humano. Nacemos enteros, pero nunca estamos terminados. Tenemos que completar nuestro nacimiento al construir la existencia, al abrir caminos, al superar dificultades y al moldear nuestro destino. Estamos siempre en génesis. Comenzamos a nacer, vamos naciendo en prestaciones a lo largo de la vida hasta acabar de nacer. Entonces entramos en el silencio. Y morimos.
La vejez es la última oportunidad que la vida nos ofrece para acabar de nacer, para madurar y para, finalmente, terminar de nacer. En este contexto es iluminadora la palabra de san Pablo: «en la medida en que desaparece el hombre exterior, en esa misma medida rejuvenece el hombre interior» (2Cor 4,16). La vejez es una exigencia de la persona interior. ¿Qué es la persona interior? Es nuestro yo profundo, nuestro modo singular de ser y de actuar, nuestra marca registrada, nuestra identidad más radical. Esta identidad debemos encararla cara a cara.
Es personalísima, y se esconde detrás de muchas máscaras que la vida nos impone. Pues la vida es un teatro en el cual desempeñamos muchos papeles. Yo, por ejemplo, fui franciscano, sacerdote, ahora laico, teólogo, filósofo, profesor, conferencista, escritor, editor, redactor de algunas revistas, investigado por las autoridades doctrinales del Vaticano, sometido a un «silencio obsequioso»... y algunos otros papeles más. Pero hay un momento en que todo eso se relativiza y pasa a ser pura paja. Entonces dejamos el palco, nos quitamos las máscaras y nos preguntamos: en definitiva, ¿quién soy yo? ¿Qué sueños me mueven? ¿Qué ángeles me habitan? ¿Qué demonios me atormentan? ¿Cuál es mi lugar en el designio del Misterio? En la medida en que intentamos, con temor y temblor, responder a estas indagaciones, viene a la luz la persona interior. La respuesta nunca es conclusiva; se pierde hacia dentro del Inefable...
Éste es el desafío para la etapa de la vejez. Entonces nos damos cuenta de que necesitaríamos muchos años de vejez para encontrar la palabra esencial que nos defina. Sorprendidos, descubrimos que no vivimos porque simplemente no morimos, pero vivimos para pensar, meditar, rasgar nuevos horizontes y crear sentidos de vida. Especialmente para intentar hacer una síntesis final, integrando las sombras, realimentando los sueños que nos sostuvieron por toda una vida, reconciliándonos con los fracasos y buscando sabiduría. Es ilusión pensar que ésta viene con la vejez... Viene del espíritu con el que vivenciamos la vejez como etapa final del crecimiento y de nuestra verdadera Navidad.
Por fin, importa preparar el gran Encuentro. La vida no está estructurada para terminar en la muerte, sino para transformarse a través de la muerte. Morimos para vivir más y mejor, para sumergirnos en la eternidad y encontrar la Última Realidad, hecha de amor y de misericordia. Ahí sabremos finalmente, quién somos y cuál es nuestro verdadero nombre.
Alimento el mismo sentimiento que el sabio del Antiguo Testamento: «Contemplo los días pasados y tengo los ojos vueltos hacia la eternidad».
Finalmente, alimento dos sueños, sueños de un joven anciano: el primero es escribir un libro sólo para Dios, si es posible con la propia sangre; y el segundo, imposible, pero bien expresado por Herzer, niña de la calle y poeta: «yo sólo quería nacer de nuevo, para enseñarme a vivir». Pero como eso es irrealizable, sólo me queda aprender en la escuela de Dios. Parafraseando a Camões, completo: «más viviera si no fuera, para tan gran ideal, tan corta la vida».


Leonardo Boff

jueves, 19 de marzo de 2009

Acción de Gracias.



Doy gracias al Señor por la fe que me arrebata y me quema, que calcina mi espíritu y me hace atravesar las noches de oscuridad, y me ilumina de relámpagos, y dobla mis rodillas ante el Misterio, y arranca de mis secos labios susurros orantes.

Gracias al Señor por la mirada tierna de la madre inclinada junto a la cuna y del padre inflamado de clamores de justicia, y de la familia que se interroga de cara al futuro, intimidada por las vicisitudes de una política paralizante, pero sin desalentarse en la lucha ciudadana por derechos y conquistas.

Gracias al Señor por los navíos que enarbolan banderas en el horizonte de la utopía y desalojan de sus bodegas la memoria de los excluidos, y por los cazadores de esperanza que nunca pierden de vista su objetivo, y por los peregrinos que se niegan a interrumpir sus pasos a cambio de una estabilidad tan inepta como pájaros disecados.

Doy gracias por el encantamiento de la palabra, por su fuerza creativa, volcánica, instauradora de odios y de amores, y por su eco inaudible en los subterráneos de la conciencia, ahí donde el verbo se hace carne transubstanciándose en espíritu y revelando las profundidades de la verdad.
Gracias por los que se rehúsan a hacer guerras y exponen al ridículo la arrogancia de los poderosos, que hacen inviables el equilibrio de fuerzas, pues saben que la paz es hija de la justicia y que la política se cura de la locura cuando, convertida en llave, abre los grilletes que oprimen a los pobres.

Gracias al Señor por el Big Bang y las explosiones solares, las supernovas que reinauguran la Creación, por los quars centrados en el misterio de la Trinidad, los fotones que nos traen luz, los teoremas de Pitágoras, el heliocentrismo de Copérnico, la insumisión de Galileo, la manzana de Newton y el ascensor del departamento de patentes de Einstein.

Le doy gracias al Señor por quien, desprovisto de tierra, se yergue lleno de dignidad y se cobija bajo una lona negra para escapar de la favelización urbana, y desenmascara la ley injusta, la prepotencia del latifundio y la agresividad bélica de quienes se creen portadores de escrituras divinas.

Gracias por el silencio de los monjes enclaustrados, por la quietud de las bibliotecas abaciales, por el tono suave, repetitivo y solemne del canto gregoriano, la sensualidad de las curvas góticas, la irreverencia del barroco y la belleza hermafrodita de los ángeles.

Doy gracias por tanta debilidad subyacente a nuestras petulantes apariencias, por la carencia indignada de nuestra subjetividad, cara opuesta de la mentira, el soborno y la falsa promesa, y nos hace alejarnos de nosotros mismos para que, distanciados por hacer lo que no somos, seamos capaces de comenzar de nuevo.

Señor, gracias por tu amor reflejado en la cara de los dementes, y por el tamaño inconmensurable de tu perdón para quien dobla su corazón en súplica, y por tu complicidad con quien rompe leyes y cánones para no traicionar nunca la propia conciencia.

Gracias por los gobernantes que tratan de quitarse la sed en el pozo frío de la humildad y no despiden a los pobres con las manos vacías, que plasman las promesas en compromisos, y toman decisiones, traduciéndolas en alegrías efectivas.

Doy gracias al Señor por el trazado irregular de la vida, y por tantas curvas en los afectos, y por las sorpresas diarias que aplacan desesperanzas, y por las amistades indelebles, y por los encuentros de inesperadas alegrías, por el peso leve del fardo amado, por el vigor de los abrazos que sacramentan lazos definitivos, y por la identidad que se traduce en la limpieza de la mirada.

Gracias por el banco de la plaza y los ancianos entretenidos en juegos memorables, por la campana que repica en la torre del campanario, por el heladero asediado por niños, por la joven fea adornada de belleza por un corazón apasionado, correspondida por el galán hermoso que dio la espalda a otros rostros que se creían bonitos.

Doy gracias por el chal que abriga a la mujer en la silla del columpio, acunada de recuerdos, y por la carrera del niño repleto de júbilo al encuentro del compañero, y por el florero que da color a la ventana, y por la foto de los abuelos sobre la mesita de noche, y por el vino noble guardado para una ocasión especial, y por el pan untado de mantequilla litúrgicamente servido y sorbido en el café con leche.

Gracias, Dios, por la poesía y por la duda, por la matemática y tan pocas adicciones en una vida de substracciones, por la filosofía y la estupidez de los escépticos, por los bellos horizontes y las tardes de rayos y truenos, por los premios y las derrotas, por el éxito y el fracaso, por lo que se habla y por lo que se calla.

Gracias en fin por la vida y por la muerte, esa señora que nos aguarda con los brazos abiertos en una esquina de la existencia, pronta a seducirnos y llevarnos irremediablemente a tu presencia, donde al final entenderemos por qué todas tus acciones son de gracia.

Frei Betto

Ayúdame Freud.


El otro día leí por fin, la confesión que tanto espere de un psicólogo: que la inmensa mayoría de ellos se meten a esa carrera para resolver su vida personal. Si, nada sobre natural, un medico que escoge esa carrera precisamente para sanarse el primero, suena hasta lógico; pues, ese acto de humildad de reconocerlo no lo había visto por ningún lado. Es como si un carpintero no hiciera los muebles de su casa o un electricista no pusiera un foco en el cuarto de lavado si se necesitara, así de sencillo. Pero tenemos en nuestras cabecillas la idea de que un psicólogo es un ser superior, un semi dios, que ha logrado trascender todas las vicisitudes de la condición humana, que detrás de esa pipa, de ese saco con coderas de hule, de ese cruzar la pierna para escuchar nuestros traumas al lado del diván, solo hay un hombrecillo como cualquiera de nosotros. Y esta idea de la debilidad ordinaria del “doctor psiquiatra” me quedo en después de leer aquellas cartas de amor de S. Freud, padre del psicoanálisis y cuyas primeras teorías en el campo de la psiquis son base de lo que hoy son las mas modernas escuelas siquiátricas.
Uno se queda impresionado al leer a Freud, al menos yo si, me quede con esa idea del súper hombre salvo de todo tabú, complejos, síndrome y todas esas cosas que afectan al subconsciente, súper yo o como se le llama a la actividad psíquica. Creía en ese Freud de las fotos. Mas al leer sus cartas de amor, de leer a ese hombre en grado sumo cursi, ¡oh, desilusión!, Freud el padre de los que analizan a los simples mortales era mas ridículo en amores que el tal Cirano de Bergerac.
Alcides

Hablemos del Relativismo


Hablemos del Relativismo, tan de moda y a la vez tan poco conocido como tal en el mundo secular. Pero, empecemos por decir lo evidente, lo que su mismo nombre nos dice: el Relativismo es caer en el exceso de lo relativo, lo cual es ya en si un absurdo.
Cuando ese Relativismo entra en la esfera de lo moral y lo social, tenemos que cada individuo puede determinar por si mismo lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, lo correcto y lo incorrecto; es decir desde su libertad puede establecer lo que le es propicio o no. Planteado como esto ultimo suena bien el asunto, la libertad nos justa, mas en estos tiempos, la libertad, la mera palabra es por si solo como la medicina de todo y el estandarte de justicia que todos queremos enarbolar.
Sin embargo, es peligroso en sumo grado a nivel social el asumir que todo individuo tiene en si mismo la autoridad para determinar todo lo bueno y lo malo, en ese caso no existirían las cárceles, ni los vínculos familiares; es decir, si realmente creyéramos en el relativismo fuéramos una sociedad anarquista y por tanto una sociedad que no existiría ya sobre la faz de la tierra pues hace mucho que nos hubiéramos destruido unos contra otros.
Así que como sociedad tendemos actualmente a creer de una manera “Light” en ese relativismo, es decir, en lo que nos conviene, en lo que no nos afecta, a lo que no nos implica un sacrificio o renuncia alguna, por ejemplo la sexualidad. Cualquiera que diga que solo debe haber relaciones sexuales en una pareja hasta que se casen es tachado de anacrónico por lo menos. Lo moderno, lo nice, lo cool nos obliga a decir que el sexo es una forma de conocer a la pareja, ¡como rayos nos vamos a casar con un desconocido!. Esa es una forma barata de relativismo, pues se asume que cualquiera puede hacer en su fuero interno una determinación sobre si el sexo pre matrimonial es bueno.
Ahora bien, tampoco seria correcto volver a atrás, el que alguna autoridad civil o religiosa nos dijera que hacer, la sociedad ya no puede volver a ese punto, además de que es imposible. Yo creo que si las religiones o las instituciones gubernamentales quieren proponer algo en este o cualquier ámbito interno de los individuos deben ser convincentes y no hacer uso de su poder y fuerza o como lo planteo el teólogo Hans Kung: la Iglesia ya no puede amenazar con el infierno a quien la desobedezca.
Alcides

miércoles, 18 de marzo de 2009

Frases


Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.

Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción.

Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.

El que ha conocido sólo a su mujer y la ha amado, sabe más de mujeres que el que ha conocido mil.

Lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza.

La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros.

Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.

Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad.

Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.

La mujer perdona las infidelidades, pero no las olvida. El hombre olvida las infidelidades, pero no las perdona.

Los hombres engañan más que las mujeres; las mujeres, mejor.

Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía, pero es bastante más duro ser todavía amado cuando ya no se ama.

El corazón es un niño: espera lo que desea.

Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.

El amor es una amistad con momentos eróticos.

El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia.

Es tan corto el amor y tan largo el olvido.

Para mi corazón basta tu pecho, para tu libertad bastan mis alas.


El corazón tiene razones que la razón ignora.

El verdadero amor no se conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece.

El ruido de un beso no es tan retumbante como el de un cañón, pero su eco dura mucho más.

Cuando el amor desenfrenado entra en el corazón, va royendo todos los demás sentimientos; vive a expensas del honor, de la fe y de la palabra dada.

Al amor lo pintan ciego y con alas. Ciego para no ver los obstáculos y con alas para salvarlos.

El camino no es largo cuando amas a quien vas a visitar.

El amor más fuerte y más puro no es el que sube desde la impresión, sino el que desciende desde la admiración.

martes, 17 de marzo de 2009

¿POR QUÉ EL POLLO CRUZA LA CARRETERA?



A los defensores de la razón humana como criterio último de verdad.


EL CASO: Un pollo al borde de una carretera. La cruza.

PREGUNTA: ¿Por qué el pollo ha cruzado la carretera?.


RENÉ DESCARTES: Para ir al otro lado.

PLATÓN: Por su bien. Al otro lado de la carretera se encuentra la Verdad.

ARISTÓTELES: Está en la naturaleza del pollo el cruzar las carreteras.

KARL MARX: Era históricamente inevitable.

CAPTAIN KIRK: Para llegar adonde ningún otro pollo había jamás llegado antes.

HIPOCRATES: Ha cruzado la carretera por culpa de un exceso de secreciones en el páncreas.

MARTIN LUTHER KING JR: He tenido un sueño donde todos los pollos eran libres de cruzar una carretera sin tener que justificar sus actos.

MOISÉS: Y Dios descendió del paraíso y Le dijo al pollo: "cruza la carretera". Y el pollo cruzó y El vió que esto era bueno.

RICHARD NIXON: El pollo no cruzó la carretera, repito, el pollo no cruzó nunca la carretera.

NICOLÁS MAQUIAVELO: Lo importante es que el pollo cruzó la carretera. ¿A quien importa el por qué? Solamente el fin de atravesar la carretera ya justifica cualquier motivo que hubiera tenido.

BILL GATES: Precisamente acabamos de terminar el nuevo programa "OfficePollo2003" que además de cruzar las carreteras, será capaz de incubar huevos, archivar los documentos importantes , etc...

BUDA: Preguntarse tal cosa (por qué el pollo cruzó la carretera) es renegar de tu propia naturaleza de pollo

GALILEO: Y sin embargo, cruza.

FEDERICO TRILLO Y ANA PALACIO: Puede que cruzara o puede que no cruzara.

JOSE MARIA AZNAR: Mire usted, el pollo iba en misión humanitaria

ZAPATERO: Señor pollo, ¡déjenos en paz!

LA IGLESIA DE LA CIENCIOLOGIA: La razón está en vosotros, pero no la conocéis todavía. Mediante un módico pago de 1.500€ , más el alquiler de un detector de mentiras, le haremos una análisis psicológico que nos permitirá descubrir la razón.


lunes, 16 de marzo de 2009

Estupido


Es curioso pararse frente al librero y no poder recordar si quiera de que tratan muchos libros que estoy seguro ya leí. ¿Seré un desmemoriado?, no lo se, supongo que es imposible tener en mente todo cuanto leemos, vamos, en mi caso, ni siquiera las películas suelo recordar; varias veces he rentado en el vídeo club alguna que mi esposa es la que me refiere que ya hemos visto.

Alcides

domingo, 15 de marzo de 2009

Sueño de Domingo


Era un domingo soleado, el pueblo estaba en medio de la nada, era de unas cincuenta casas. Solo era atravezado perpendicularmente por la carretera que nacía en un horizonte e iba a morir en el otro, de la nada y hacia la nada, geometría rectilínea hipnotizante.

En medio del pueblo solo un poste de luz eléctrica, del cual todas las casas y los únicos dos negocios se colgaban de el para robar luz. El pueblo era tan insignificante que la compañía de luz no daba importancia a este robo descarado.

La reunión de vecinos era para discutir que hacer con el poste de luz, los grupos de escasos avecindados se dividía claramente en los que proponían dar aviso a alguna autoridad para que regularizara la situacion pues el pueblo era por si solo feo como ninguno como para aparte agregarle el espectáculo grotesco de los diablitos robando luz. El otro grupo, conformado por gente mayor, afirmaban que aquello seria inútil, históricamente era un cero a la izquierda para cualquier autoridad, al grado que ni las campañas políticas les llegaban.

El primer grupo acusaba al segundo de ser conformista, mediocres; mientras el segundo les reviraba la acusación de ser ilusos reaccionarios, inexpertos debido a la juventud (pues era claro que el primer grupo estaba mayormente formado por jovenes).

Para mi desgracia pase por allí en el momento mas álgido, la democracia no podía aplicar pues los grupos era igualmente numerosos, así que detuvieron mi coche, me explicaron la situación y me dijeron que yo decidiera que hacer con aquel poste de luz, allí desperté.

Alcides

viernes, 13 de marzo de 2009

¿HAY RAZONES PARA CREER? juan jose tamayo acosta


En una carta que el teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer dirigió el 21 de julio de 1944, desde la sección militar de la cárcel de Berlín-Tegel, a su amigo Eberhard Bethge -editor de la obra más emblemática del teólogo alemán, Resistencia y sumisión. Cartas y apuntes desde la prisión-, rememora el diálogo mantenido durante su estancia en los Estados Unidos con el joven pastor protestante Jean Naserre. Se preguntaban entonces por lo que quería hacer cada uno con su vida. El joven pastor le dijo que su máxima aspiración consistía en ser santo. Bonhoeffer, contradiciéndole abiertamente, le replicó que él 'quería aprender a creer'. A renglón seguido comenta: 'Más tarde comprendí, y aún sigo constatándolo, que sólo viviendo plenamente la vida de este mundo es como aprendemos a creer'.
Con esta breve reflexión, Bonhoeffer estaba marcando el nuevo camino de la fe y de la experiencia religiosa en un mundo secularizado y 'mayor de edad' en el sentido kantiano. Sólo se puede aprender a creer viviendo en el mundo y comprometiéndose solidariamente en su transformación. Tal ha de ser, a mi juicio, la actitud de toda persona creyente -de cualquier religión- que no quiere instalarse en las creencias heredadas, sino que desea vivir su fe de manera adulta y motivada, con una actitud crítica y sin caer ni en el fanatismo ni en actitudes crédulas.
Hoy la fe no es algo obvio ni evidente. Quizá no lo haya sido nunca, ni lo será en el futuro. La in-evidencia y la no-obviedad son constitutivas de la experiencia religiosa. A su vez, como recuerda el teólogo italiano Franco Ardusso, 'el creyente no puede creer a la ligera, ya que es un sujeto humano dotado de exigencias de honestidad intelectual y de rectitud moral respecto a los actos que realiza'. Honestidad y rectitud que le prohíben llevar a cabo cualquier acto de suicidio de la propia inteligencia, como sería la consideración de la fe como un salto en el vacío contra o fuera de la razón. Precisamente por eso es necesario dar razones de la fe como actitud y opción de vida.
Ahora bien, ¿cuáles son esas razones? Veamos algunos de los modelos propuestos en la historia de la reflexión cristiana. Uno es el de la vía negativa, que puede resumirse en la pregunta '¿creer, por que no?', o en el prudente 'quizá sea verdad'. No excluye que la ciencia y la razón puedan iluminar un buen trecho en el itinerario de la fe, pero reconoce, al mismo tiempo, que ninguna de las dos es capaz de guiar hacia la meta de ese itinerario. La persona creyente adopta una actitud de disponibilidad, acogida y apertura hacia el misterio de Dios que se manifiesta de múltiples formas y por múltiples caminos. Es el modelo de los místicos que experimentan a Dios como el innominado e indefinible y llegan a hablar de la 'nada de Dios', como hace el maestro Eckhardt.
Otro modelo es el del testigo autorizado, al que ha recurrido la apologética tradicional. Fundamenta el acto de fe en los milagros y la resurrección de Cristo. Ambos fenómenos se consideran históricos y empíricamente verificables y se presentan como signos del poder divino sobre la naturaleza que eliminan toda sombra de duda en torno a la credibilidad de la revelación. Este modelo se mueve dentro de una concepción mítica de la fe cristiana y se muestra incapaz de dialogar con el mundo de la increencia. Apenas tiene seguidores en la teología actual, fuera de los círculos fundamentalistas. Sobre todo después de la aplicación del método de desmitologización, por parte de Bultmann, a los textos del Nuevo Testamento.
El tercer modelo es el antropológico, que busca -y cree encontrar- las razones de la fe en el interior del ser humano: 'Dios en el fondo del ser', al decir de Paul Tillich. La revelación no aparece como algo externo o superior a la persona, sino que sintoniza con las más profundas aspiraciones humanas y responde a las preguntas más acuciantes sobre el sentido. Es el modelo seguido por las teólogas y los teólogos sensibles al giro antropológico de la modernidad (Rahner, por ejemplo).
La teología política sitúa las razones de la fe no en el horizonte de la razón científico-instrumental o técnica, sin sujeto ni historia, ni en el de la razón pura, que ni siente ni padece, sino en el de la razón práctica en su dimensión pública y subversiva, que cuestiona la sociedad burguesa y se traduce en solidaridad con las víctimas. La persona creyente acredita la verdad de la fe a través de una praxis histórica transformadora. Es un modelo ampliamente compartido por la teología europea de los últimos 50 años (Moltmann, Metz, etc.) y respetado en buena medida por la teoría crítica de la sociedad.
A la familia de la teología política pertenecen las teologías de la liberación -aunque con diferencias propias de toda familia-, que buscan las razones de la fe no en los dogmas del cristianismo, sino en la opción por los marginados y excluidos. Opción que es vivida en el encuentro con el Dios de los pobres y expresada a través de la praxis de liberación. Se trata de dar razón de la fe en el Dios de la vida frente a los ídolos de muerte y de hacerlo creíble como liberador en un mundo de opresión creciente. La opción por los pobres constituye la verdad ética y teológica primera. Siguen este modelo las diferentes teologías de la liberación del Tercer Mundo (latinoamericana, asiática, africana, etc.) y los movimientos cristianos proféticos.
La teología feminista propone un nuevo paradigma en lo referente a las razones de la fe. Para ella, la imagen de Dios Todopoderoso y Justiciero, Impasible e Inmutable, es una proyección androcéntrica creada por la teología y la teodicea patriarcales para legitimar el poder-dominio de los varones sobre las mujeres y sobre la naturaleza (también sobre Dios). Esta teología rechaza las razones 'kiriárquicas' de la fe, que convierten a Dios en varón y a éste en Dios. Como alternativa propone la vía de la razón compasiva que, desde la subjetividad de la mujer, considera a Dios sensible a las discriminaciones de género y solidario con quienes sufren todo tipo de marginación.

Ahora bien, el problema de la fe no se dirime sólo en el terreno de las razones, cualesquiera que éstas sean. En la fe, como en toda experiencia humana, hay también una 'lógica del corazón', que no tiene por qué seguir miméticamente la lógica de la razón. 'El corazón -decía Pascal- tiene razones que la razón no entiende'. No se trata de poner en conflicto ambas lógicas, sino de compaginarlas para no incurrir ni en un fideísmo crédulo ni en un racionalismo frío. En la fe hay, además, una voluntad de creer, como ha señalado Norberto Bobbio: 'Siempre he sentido un gran respeto por los creyentes, pero no soy un hombre de fe. La fe, cuando no es un don, es un hábito; cuando no es un don ni un hábito, es el resultado de una fuerte voluntad de creer'. En definitiva, en la base de las razones de la fe se encuentra una experiencia, y en el fondo de ella late la cuestión del sentido de la existencia. Y eso merece respeto.
Ahora bien, si la fe tiene sus razones, también las tiene -y no menos sólidas- la increencia, y el creyente ha de tomarlas en serio, respetarlas y entrar en diálogo con ellas, en vez de condenarlas, como hacía la apologética tradicional hoy renacida de sus cenizas, o revestirlas de 'creencia implícita', como hicieron -equivocadamente, a mi juicio- los defensores del 'cristianismo anónimo'. Coincido a este respecto con Jean Lacroix cuando afirma: 'Una cierta apologética insistía en los últimos tiempos tal vez excesivamente sobre la fe implícita del ateo y pretendía establecer que el ateo confiesa a pesar de todo a Dios, contra sus propias afirmaciones. Hoy, por el contrario, se debería hablar de la incredulidad del creyente' (subrayado mío). Efectivamente, la increencia concierne también, y de manera directa, a los propios creyentes. La fe se siente permanentemente amenazada no sólo ni de forma prioritaria por los embates que le vienen de fuera, ni siquiera por el ateísmo, el agnosticismo o la indiferencia religiosa, sino por su propia naturaleza. En la persona creyente hay una inclinación existencial hacia la incredulidad por el carácter oscuro e inobjetivable de la fe. Fe e incredulidad conviven juntas en los creyentes, como demuestran los místicos que, según confesión propia, vivieron su experiencia religiosa en medio de noches oscuras del alma.

Juan José Tamayo-Acosta"El País", Madrid, Jueves Santo, 12 de abril de 2001

miércoles, 11 de marzo de 2009

Hasta el hoyo


Hasta el hoyo, demuestra que la capacidad de pensar esta precisamente hasta el hoyo en la TV, confirmando una vez más que Einstein tenía razón al decir que quizás solo la estupidez humana era infinita.
Si le quitamos la producción a ese programa, o sea si lo dejamos desnudo, sin dinero ¿Qué queda?, pues la estupidez al desnudo o ¿a quien se le ocurre preguntar en horario estelar a nivel nacional, en televisión abierta cuantas vueltas se le puede dar a la panza de un gordo con un mecate de longitud desconocida?, eso si es ocioso, entupido (lo repito), grotesco y ofensivo.
Alcides

domingo, 8 de marzo de 2009

La heterodoxia de la ortodoxia aparente.


Suele asumirse al católico que ejerce de una manera mas menos de forma publica su fe como un retrogrado; para el modernismo social ser católico es ser antiguo, ortodoxo, apocado, fideista y varios sinónimos mas.
Aunque la mayoría nos decimos católicos, la verdad es que la mayoría lo somos de ocasión, es decir, de bautizos, de bodas o de misa de domingo, a eso se reduce la vida en la fe. Lo de menos seria culpar de este nominalismo al laico mismo, aunque ser francos obliga a confesar que el clero hace poco, muy poco atractiva la oferta religiosa. En fin, ese es un problema demasiado complejo para tratarlo en estas escasas líneas y en este aun más escaso intelecto, pero la verdad esta allí, quien la quiera negar peca de omisión.
Pero pese a todo, el catolicismo va a la vanguardia en lo que aparenta ser oscuro. Explicome: el catolicismo propone que Dios se hizo hombre en la persona de Jesús, con todas sus contradicciones racionales que esto implica, a tal grado, que muchas sectas se niegan a asumir esta locura católica.
Luego, por citar otro ejemplo, el catolicismo declara como verdad la transubstanciación del pan y el vino en la eucaristía, ¡que escándalo!, si el pan sigue sabiendo y pareciendo pan, lo mismo pasa con el vino, los católicos si que deben estar locos.
¿Quieres mas ejemplos?, bien, dicen los católicos que si vas con un sacerdote y le confiesas tus pecados, el en nombre de Cristo te los puede perdonar, ¡que locura!, ¿Por qué decirle a un hombre lo que Dios ya sabe?.
Ya mejor ni le sigo porque te vas a acabar de convencer que los católicos realmente estamos bien locos.

Alcides

jueves, 5 de marzo de 2009

El Paraíso


Decía Borges que el visualizaba el paraíso como una gran biblioteca y en medio de ella el leyendo eternamente y; partir de allí se me viene a la mente las figuras de los Testigos de Jehová que siempre pintan el tal paraíso como un gran jardín donde uno convive con tigres y leones, come frutas a mas no poder y se reencuentra con sus seres queridos. Para mi, el paraíso debe ser como un pequeño bar donde puedo tocar un piano, empezando por aprender a hacerlo, el bar semi vació, a media luz, la gente que esta allí, como suele serlo no le toma mucha importancia al músico y a veces tocamos una pequeña banda de jazz, otras solo, tocando algunas sonatas que me gustan.
Al final de cuentas creo que todas nuestras visualizaciones de lo que será la vida después de la muerte son validas, de todas maneras ninguno le atinara, eso lo tengo por seguro. ¿Por qué?, porque toda nuestra imaginación parte de lo humano y esta restringido a lo humano, aunque ciertamente en la Biblia hay pistas de lo que será, pero si alguien sabe salirse por la tangente es Dios y, como sabemos, precisamente Dios es el que ha construido ese paraíso.
Alcides

lunes, 2 de marzo de 2009

Jesús histórico.


Frase mas compleja que esta no la hay: Jesús verdadero Dios y verdadero hombre. Difícil de asimilar correctamente que la deidad omnisciente, omnisapiente y todos los omnis habidos y por haber pueda encarnarse en la debilidad y fragilidad de un hombre, vaya contradicción, vaya escándalo para el no creyente y aun para el creyente que no se queda con las palabras por encimita.
Todos hemos leído que ese Jesús de Nazaret, de un pueblucho en medio del desierto, perteneciente a una de las naciones mas pobres y pequeñas de aquel entonces, nació en la mas ínfima miseria de un corral (hasta le decimos pesebre para que no se escuche tan feo), camino kilómetros y kilómetros, lloro, rio, hizo corajes, tuvo tentaciones; si, todos lo hemos leído, pero ¿lo habremos asimilado realmente?, ¿no nos habremos quedamos solo con el dramatismo de su Pasión y Crucifixión?.
Se me viene a la mente el evangelio de ayer domingo…Jesús no comió 40 días, pero esos 40 días no fueron placenteros, no estuvo en coma, ni estuvo en estado de éxtasis, uno de los evangelistas lo dice brevemente “y fue tentado por el diablo”, ¿tentación?, ¿ganas de que?, ¿Cómo venció tal tentación?, como allá sido no creo que allá sido aligerado su carga por un centenar de Ángeles bajados del cielo por su Padre, no, su Padre se caracterizo por ser imparcial con el respecto de nosotros, por allí lo dice la Biblia: ni de su hijo tuvo compasión. Claro esta que no quiero llamar sádico a Dios, solo hacer hincapié en que el dolor es parte del plan salvifico de este para con nosotros, con toda la contradicción que pueda achacársele viniendo de un Dios amor.

Alcides

sábado, 28 de febrero de 2009

Tu edad


¿Cómo saber que eres joven aun?, quieres hacer y tener mil cosas, pero no tienes los medio para adquirirlos. ¿Cómo saber que eres adulto ya?, puedes hacer y tener mil cosas, pero no puedes por falta de tiempo. ¿Cómo saber que eres anciano?, puedes tener y hacer mil cosas, mas aun, tienes los medio para adquirirlos y todo el tiempo del mundo, pero las fuerzas ya no te alcanzan.


Alcides

viernes, 27 de febrero de 2009

Adiós a Fidel.


Se muere Fidel, el mismo lo ha dicho ya, no pasara de 4 años, para más referencia, no vera la reelección de Obama. Se va Fidel y un escenario incierto queda para la isla. Ha heredado el puesto de jefe supremo a su hermano con la intención de perpetuar su ideal del socialismo, comunismo, marxismo o como sea que quieran llamar al motivo de su ya lejana revolución.
¿Qué pasara con Cuba?, hace un año se podría decir sin chistar, muerto Fidel los estadounidenses iniciarían una nueva guerra para “instaurar la democracia” como suele hacerlo o mejor dicho decirlo y, solo decirlo, porque ni Afganistán, ni Irak, ni Panamá, ni ninguna nación invadida con anterioridad puede decir jubilosa que navega con bandera democrática, no, a lo sumo se han instalado otros tiranos en lugar de aquellos por cuya cabeza fueron los yankees.
Pero hoy, con una economía en crisis USA no se puede dar el lujo de un gasto extra que significaría invadir la isla; así que muerto Fidel lo más probable es que no pase nada inmediatamente, que su hermano Raúl siga dando patadas de ahogado por salvar la imagen, lo que queda de imagen de Cuba. Que solo les queda el orgullo de decir que no se doblegaron ante un asfixiante embargo comercial, porque fuera de allí, la isla esta en la ruina y en la miseria. Si, en la ruina y la miseria, aunque se desgajen las vestiduras las izquierdas latinoamericanas, eso es lo que predomina en Cuba.

Alcides

martes, 24 de febrero de 2009

Una buena pregunta


Una buena pregunta es, ¿Qué es la música clásica?, en lo personal aun no atino a encontrar tal definición y, quizás ni la allá, quizás en el fondo la música solo sea eso, solo música sin definiciones necesarias.
Podría decirse en ese intento obstinado de definir que música clásica es la música seria, pero al principio en el barroco y después en el siglo XIX esta música se hacia exactamente para lo contrario, para divertir al publico. También he escuchado que es la música de academia, es decir que quien la compone es una persona que ha ido al conservatorio, sin embargo tampoco es muy exacto pues por ejemplo Mozart fue básicamente autodidacta y Beethoven ni se diga, pues solo se paro por una universidad ha estudiar cosas como filosofía y letras.
Tampoco podemos restringir la definición a los instrumentos que se utilizan como se podría hacer con música autóctona o ciertos géneros como el Jazz, pues una Sinfonía puede llevar fácilmente mas de un ciento de instrumentos, mientras que una sonata puede ser para dos o un instrumento y, tanto la sinfonía como las sonatas son música clásica.
A la mejor, la mejor solución es decir que la música clásica es la que se toca con corbata o smoking, mientras que las mujeres van en traje de noche a tocar esta música. Quizás esto de la vestimenta le de ese toque de seriedad que desde lejos suele imputársele a este genero, pero estoy seguro que igual se puede tocar algo de Debussy en pantalones cortos, aunque nuestro paradigma nos obligaría a distraernos demasiado en la indumentaria de tan osado interprete.
Alcides

domingo, 1 de febrero de 2009

¿Qué es pensar?



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Hace unos días me toco viajar junto a un par de japoneses y, durante el viaje, ellos entablaron entre si una charla muy amena, pues reían asiduamente; obviamente tales motivos de risa resultaban para mi totalmente incomprensibles; sin embargo esta situación, que estoy seguro todos hemos vivido alguna vez, me llevo a reflexionar sobre que eran esos sonidos ininteligibles para mi, pero que sin embargo para ellos resultaban toda una serie de ideas graciosas.
Obviamente lo primero que había entre ellos era una comunicación plena, es decir, un emisor y un receptor, elemento básico para todo tipo de comunicación; pero mas en el fondo había una serie de ideas, es decir, pensamientos, pero ¿qué es pensar?.
Esencialmente puede ser entendido como el acto de tratar de entender el entorno que nos rodea; entenderlo para adaptarnos a el, o bien, entenderlo para poder modificarlo a nuestro beneficio.
Esta capacidad de pensar es la que nos distingue del resto de los seres vivos y es al mismo tiempo, el arma con el cual nos doto la naturaleza para luchar por la subsistencia.

Como hemos visto en el caso de los dos acompañantes japoneses, el lenguaje, es un elemento primordial para el desarrollo de las ideas, es decir, para lograr su evolución a partir de racionamientos más elementales. En si, el lenguaje es solo una convención de sonidos y signos que con el auxilio de la memoria, hacen mas fácil la comunicación de tales ideas y por ende su progreso en cuanto se ve enriquecida por las aportaciones de otras personas.
Si bien sin lenguaje si son posibles las ideas, para muestra de ello recordemos simplemente algunas acciones de los niños, sin embargo sin este, solo son ideas elementales. Y que parecen más un acto instintivo que un acto racional. Por ello el desarrollo de la capacidad intelectual va ineludiblemente conectado con la capacidad de aprender un lenguaje.
Ahora bien, ¿Cómo llevamos acabo el acto de pensar?, dentro de lo complejo que este proceso, me gustaría hacer mención de los siguientes aspectos:

El principio lógico.

Con la frase el principio lógico, lo que quiero inferir es que, nuestras ideas parten de ideas más simples, por ejemplo: el aprendizaje de las ecuaciones diferenciales, parte del aprendizaje del cálculo diferencial e integral y a su vez de la geometría analítica, que a su vez proviene del álgebra y así hasta lo más elemental que podría resultar la aritmética. Esto seria desde una visión retrospectiva del aprendizaje, sin embargo, estas bases nos sirven esencialmente para ir hacia el frente, pues por ejemplo, las ecuaciones diferenciales se encuentran actualmente en el análisis de los fractales, ¿Qué descubriremos mañana?, ¿Qué seguirá de los fractales?.

Sin embargo, en la practica diaria, es decir, en nuestra actividad intelectual cotidiana este principio lógico suele encontrarse muy oculto en nosotros, tanto que resulta imposible o en el mejor de los casos sumamente difícil establecer su origen; pues inclusive tendemos una serie de barreras donde la mayoría nos autoprohibidos entrar, pues consideramos estas áreas de nuestro pensamiento como algo que debe permanecer inmaculado y que el simple intento de indagar sobre ellos acaba con la virtud de su contenido, estos espacios vírgenes se dan dentro del campo de los llamados paradigmas. Al respecto de hurgar en estos paradigmas, creo que fue el filosofo Arthur Schopenhauer el que escribió alguna vez que el acto de pensar, era el acto que mas temía el hombre, pues en el fondo sabia que al hacerlo descubriría que la inmensa mayoría de sus pensamientos y creencias no tenían un sustento racional.

Este problema de no cuestionarse tiene hoy mas que nunca un gran hauje debido a que al menos la sociedad occidental tiende a etiquetarse como secular y laica; por tanto requiere resguardar todo su contenido bajo lo “racional”, sin embargo, como hemos venido diciendo en el párrafo anterior , lo “racional” no es sino un concepto limitado, ya que resulta mas que evidente que el conocimiento pleno de las cosas y sus respectivas causas esta cada día mas lejano, esto lo demuestra el avance exponencial de las ciencias; es decir, mientras mas cosas nuevas se saben, mas cosas se descubren que se desconocen. O como lo hemos planteado hace un momento: a raíz de las ecuaciones diferenciales hemos descubierto los fractales, pero ¿Qué seguirá?.

El principio lógico de nuestras ideas no solo se da en el campo científico, sino en todos los campos del pensamiento, sobre todo en el aspecto moral, es decir, nuestros juicios morales, parten de lo que aprendimos desde la más temprana edad. Obviamente, el pensamiento moral no puede ser enseñado o aprendido en su totalidad a partir de un sistema estructurado, como puede llegar a ser la educación adquirida en las escuelas, sino que gran parte de ella se da por imitación de los patrones de conducta de las personas que nos rodean: padres, familiares, amigos, etc. o lo que en psicología se ha dado a llamar “súper-yo”. Con ello no queremos inferir un determinismo, pues esta bien documentado que algunos de los peores asesinos en serie provienen de familias estables; y por el contrario de familias disfuncionales han surgido grandes líderes morales.

El libre albedrío.

El libre albedrío, es la decisión final de nuestra conciencia sobre algún tema especifico; ahora bien, este juicio no es otra cosa que un pensamiento particular, generalmente del orden moral, o al menos, es en este orden moral es donde podemos percibir mas fácilmente su existencia, pues es allí donde nos resulta mas complicado establecer que es lo correcto. Esto es lo que en pedagogía y psicología se le llama “principio de realidad”
Todos hemos experimentado durante el devenir de nuestra vida un encuentro con este tipo de decisiones, cuando nos enfrentamos a la encrucijada de tomar una postura personal respecto de algún punto que resulta álgido; pues es a lo que suele llamarse la batalla de la conciencia, ya que una parte de nosotros dice si, mientras la otra dice no.
Creo que esta es la parte más profunda de nuestros pensamientos y de donde brotan las decisiones que marcan el rumbo particular de nuestras vidas; por tanto, debiera ser un área a la cual le prestásemos marcado interés, pero por paradójico que resulte suele ser el área que menos nos interesa y más desconocida nos es.
Una prefiguración de esta batalla de la conciencia la podemos ver en el relato bíblico del Génesis, donde Adán y Eva llevan a cabo una disertación sobre comer o no del fruto del árbol de la ciencia del bien y el mal. Pues en realidad estos dos personajes -casi mitológicos- somos nosotros mismos, y no me refiero con ello a la cuestión de genero, sino mas bien a que todos tenemos una voz que dice “si comer” y otra “no comer”.

La pregunta más importante

Ahora bien, una vez que hemos hablado un poquito del principio lógico y el libre albedrío, y por tanto hemos empezado a esbozar que resulta complicado establecer juicios correctos la pregunta que surge es obviamente la siguiente, ¿cómo establecer tales juicios ( o pensamientos) correctos?. La pregunta se torna difícil sobre todo en nuestro tiempo actual, pues se pueden distinguir dos grandes tendencias que más que ayudarnos suelen hacernos desviar del estrecho sendero de la verdad:

La razón pura: Nuestro tiempo puede ser llamado con justicia como la era de la razón, pues el culto a la actividad intelectual a tomado niveles de autentico fundamentalismo, es decir, todo lo hemos puesto en tela de juicio, en post de una supuesta era del fin de los mitos -hasta nuestras propias dudas- y al final hemos quedado mas enredados que al principio o para decirlo en un lenguaje mas (seudo) filosófico, caemos en la nausea existencial; que no es otra cosa que descubrir nuestra pequeñez intelectual y a pesar de ello seguir enfrascados en descifrar toda la verdad con la mera razón individual.

La inercia: Hoy mas que nunca se encuentran a nuestra alcance un universo de conocimientos, sin embargo a pesar de ello, también hoy mas que nunca nos hemos vuelto intelectualmente sedentarios, pues nos conformamos con saber que esa información que a las generaciones pasadas les ha costado siglos y siglos de esfuerzo intelectual se encuentra a nuestro alcance en el disco duro de nuestra computadora, en la biblioteca o en el Internet.; pero no vamos mas allá, nos conformamos pues, con un cierto enciclopedismo consistente en tener una vaga idea biográfica de los grandes pensadores que ha dado la humanidad. Un ejercicio demostratorio seria preguntar a un estudiante medio de nivel bachillerato quien fue H.W. Hegel, nos respondería que fue el “inventor” de la dialéctica.

El síntoma mas claro de esta pandemia actual es que mucha gente transcurre su vida sin siquiera vislumbrar, necesitar o desear que exista algo mas que un poco diversión fuera de su circulo vital, es decir, se conforman con nacer, crecer, reproducirse y morir, siempre y cuando existan algunos momentos de diversión entre estos cuatro puntos cardinales de la vida meramente biológica.

En gran medida estas dos desviaciones se deben a un mal uso del avance de la ciencia y la tecnología, pues de ambas asumimos que su objetivo primordial es brindarnos confort, longevidad, diversión, etc. por lo que vamos de un sedentarismo a un pasivismo no solo físico, sino intelectual, interpersonal y hasta espiritual.

Pero volvamos a la pregunta inicial, cuya respuesta es -como todas las respuestas importantes- un proceso de vida, es decir, un esfuerzo continuo por mejorar primero que nada nuestro principio lógico y por esclarecer los impulsos de nuestro libre albedrío.

Mas dejar todo a la razón seria caer en el error que denunciábamos un poco mas arriba, por tanto es imperativo desarrollar otras dos principalísimas actividades que se desprenden de nuestra actividad cerebral pero que tienen que ver mas con lo que solemos llamar el corazón o el alma, me refiero primero a la creatividad artística y por otro a la expresionalidad religiosa. Negarle la voz a estas dos vertientes de nuestro ser, es mutilar gravemente nuestra esencia.
Como modo de conclusión cito aquí el poema “Tu Filosofa…” de Amado Nervo, que indudablemente expresa mejor esto ultimo que aquí he tratado de decir:

Tú filosofa, mientras yo sueño,
Cerebro mío…Filosofa mientras.
Yo, con mi adoración, donde no entras
Entrare: más que tuyo es fiel mi empeño.

Con el farol de tu filosofía
No hallaras nunca a Dios, ¡oh mente esclava!,
Sino con el amor: ¡ quien más le amaba
-San Francisco de Asís-mas le veis!.

Cinco mil años hace, por lo menos,
Que los doctos, metafisiqueando,
La explicación del ser anda buscando:
¡magines vacuos, de palabras llenos!

Y mientras van, cómicamente serios,
Devanando su enredo silogístico,
Un éxtasis le basta a cualquier místico
Para sondear los más altos misterios.

El filosofo de hoy, inconsecuente,
Rie de los de ayer: ¡el solo sabe!
Y dentro de muy poco, en cuanto acabe
El divagar inútil de su mente.

Otro reirá también de sus premisas
Y de sus conclusiones; y así estamos
Perdiendo el oro del vivir, y vamos
De las risas de ayer a nuevas risas.

Mientras que el “despreciable” iluminado
No pierde el tiempo en discutir, ni duda:
¡Ve cara a cara la Verdad desnuda,
y se funde con Dios porque le ha hallado!.


jueves, 29 de enero de 2009

Sinfonías versus Sinfonías.


Las sinfonías del siglo XIX apoyaban su sonoridad en las cuerdas, especialmente en los violines, mientras tanto las sinfonías, o mejor dichos los compositores del siglo XX descansaban su sonido en los instrumentos de viento, con lo cual tienden o tendían a hacer series de largas notas, Sibelius, Shostakovich, Rachmaninov son buenos ejemplos de esto ultimo mientras que de los siglos XIX podríamos citar a los multifamosos Beethoven, Mozart y el creador de estas obras Haydn.

A mi me parece que hacer una sinfonía basado en las cuerdas es mucho mas complejo, dado a su sonoridad tan breve se complica hacer atmósferas, que son tan importantes en una buena sinfonía.

Cada quien puede disfrutar la música del siglo que le plazca, lo importante es escucharla sin prejuicios.

Alcides

¿Tener o Ser?


Hace unos días leía “Tener o Ser” de Erich Fromm, donde el autor establece que el hombre contemporáneo se encuentra tarde o temprano frente a esta disyuntiva: ¿tener o ser?, o lo que hoy conocemos como el consumismo como pretendido satisfactor de todas las necesidades; tal vez hoy, no nos suena tan novedoso lo propuesto por Fromm, pero para la época en que fue escrito, hace alrededor de 60 años fue uno de los pioneros en alertarnos sobre los peligros del consumismo.
A mi lo que me llama la atención –aunque Fromm no lo plantea- es que esa disyuntiva entre el tener y el ser a llegado hasta el Catolicismo, bajo esta mascara: ¿Hacer o Ser?.
La forma “Hacer” se presenta bajo las siguientes primicias: dime cuanto haces en la Iglesia y te diré cuanto vales, dime en cuanto ministerios andas metido y te diré que tan buen católico eres; dime cuantos laicos comprometidos tienes y te diré que tan buen párroco eres.
El laico común lleva un horario pesado de trabajo, al final de la jornada asiste a su Iglesia con el anhelo de encontrar el alimento espiritual que le fuerzas para enfrentar a este mundo tan adverso a la fe, pero se topa la mas de las veces con un discurso similar al que ha recibido durante todo el día: obras, obras, obras ¡!!!., ¿no es esto desmotivante? Claro que si, por eso los templos están cada día mas vacíos pues la gente prefiere quedarse en casa viendo el Big Brother o el reality show de moda, que le proporcionara aunque sea un ínfimo instante de seudo-felicidad, que al final no es otra cosa que olvidarse por un rato de la realidad, todo esto siempre y cuando pague el precio de desenchufar su cerebro; pero prefiere esto a ir a un templo donde recibirá un poco mas de estrés.

Entonces, lo que se antepone como una urgencia es rescatar la forma “Ser”, pero ¿en que consiste la forma “ser” en la Iglesia?, creo que la mejor respuesta nos la da Jesús mismo la noche en que instituyo la eucaristía, mas explícitamente en el relato de San Juan (Jn 13:3-10), cuando se lleva a cabo el lavatorio de los pies en los apóstoles. Muchos se escandalizan cuando se dan cuenta que Juan omitió el acto de la institución eucarística y se justifican diciendo: es que Juan ya había leído los otros evangelios y no quiso repetir lo que los otros ya habían dicho , eso es una verdad a medias, pues lo que Juan quiso dejar muy bien marcado con esta omisión es que no nos podemos acercar plenamente a Jesús si no estamos dispuestos a dejarnos lavar los pies por el.

¿En que consiste dejarnos lavar los pies por Jesús? Consiste en auto-permitirnos estar simplemente ante su presencia como aquella Maria en casa de Lázaro (Lc 10:38-42), consiste en la comunión plena entre nuestro espíritu y el espíritu Santo. Consiste en ser dóciles ante su presencia. Claro que esta comunión espíritu-espíritu puede y debe tener las mas variadas expresionalidades que van desde la contemplación hasta la alabanza.

En resumidas cuentas la forma “Ser” consiste en ser dóciles al Espíritu Santo.

Mientras la iglesia siga realizando mil planes para actuar como Martha (hacer) y deje el papel de Maria (ser) como una responsabilidad personal de cada creyente, como algo que cada quien debe hacer en privado. . . en lo obscurito, en su casa, seguirá siendo cómplice tácito de la drogadicción, el suicidio, las infidelidades, la violencia intra familiar, etc. etc. Es decir seguirá sin cumplir plenamente la misión para la cual fue instituida.


Alcides

jueves, 22 de enero de 2009

Homosexualismo visto como catolico


Todo tema que involucre a la sexualidad humana es visto con sospechosismo en la Iglesia, pues desde sus cimientos biblicos tiene una marcada influencia machista y para llegar a esta conclusión no es necesaria una hermenéutica muy exhaustiva, estas verdades están allí flotando en las cartas paulinas.

El macho no tolera que otro de su género sea diferente, ni siquiera se plantea la posibilidad de que otras formas sean posibles y mucho menos se preocupa por investigar o entender en que consiste la diferencia con aquel que debiera ser -según el- igual. Basta ser diferente para ser equivoco. Aquí la nace la “intolerancia sexual” que padece la persona homosexual, producto de la ignorancia y la cerrazon. Ahora bien en el contexto social esta intolerancia se convierte en una marginación que produce no pocos efectos psicológicos sonre el individuo.

En este marco discriminatorio que afecta la conciencia misma de la persona, debe ser muy difícil para estas personas asumirse como tal, de allí la poca conciencia que tiene de si mismo, pues se asume como lo asumen los demás. Desconozco cual podría ser el alcance de esta autoconcientizacion del ser, pero a la luz de la fe, debiera encontrar su sentido escatológico –insisto, escatológico-, pues de lo contrario seria un sin sentido peor que la inconciencia de si mismo. En este”sin sentido” del ser encuentro la justificante por la cual muchos homosexuales se asumen, visten, hablan, etc., etc. como una imitación burlesca de la mujer.

Hoy en medio de esta cultura hedonista ya nadie quiere cargar su cruz, o a lo menos, queremos escoger que cruz cargar. Es decir, ya no queremos asumir al sufrimiento como un elemento de la vida, pues hemos olvidado la función vital y escatológica del mismo y con este olvido más o menos conciente pasamos a ser los más miserables de todos, como sentencio San Pablo. Asi, navegamos velozmente al puerto de la anarquia con bandera de “tolerancia”; esa forma de “tolerancia permisiva” es tan dañina como la forma de “tolerancia dadivosa” que tu bien señalabas.

En mi pensar la homosexualidad es una condición del ser, ahora bien, es decir esta arraigado en el cuerpo, mente y espiritu; es decir interactúan razón y voluntad. Descartes plantea que la primacía de la segunda sobre la primera constituye la pecaminosidad humana, sin embargo desde la fe podemos considerar una fuerza mas actuando en el ser, esta fuerza es la Gracia, lo cual abre el problema a la discusión metafísica, pues el balance de estas tres fuerzas resulta imposible cuantificarlo. Planteado de otra manera seria así: nos es imposible determinar cual es el alcance de la Gracia en una persona homosexual que trata de vivir desde la fe su condición.

Siempre me ha parecido obsesivamente perturbadora la imagen del árbol de la ciencia del bien y el mal en medio del edén., el malum, el manzano, ¿Qué de malo puede haber en comer de aquel fruto? Creo que esta misma pregunta se plantean aquellos que promueven toda liberalidad de la condición homosexual, es decir, se plantean ¿Qué de malo puede tener dejar sin freno esta la condición?.

Sin embargo creo que una postura todo permisiva es una solución fácil, en la imagen del Génesis, la permisividad es la decisión de Adán de comer aquella manzana, pues visto desde la condición cristiana no podemos olvidar que el sufrimiento tiene su mas profundo sentido en el anhelo escatológico –insisto, insisto e insisto-, el sufrimiento constituye pues a mi ver, la decisión de abstenerse de aquel manjar. Esta solución fácil (o permisiva) acarrea al final de cuenta un sinfín de problemas mas graves o visto desde el Génesis, acarrea la expulsión del edén.

3.-En resumidas cuentas mi postura es esta: Dios no se equivoca y ha creado a la especie humana, hombre y mujer, o como canta, Roberto Carlos: “cóncavo y convexo, así es nuestro amor en el sexo”; de esta estrofa lo primero que nos salta a la vista es la palabra “sexo” sin embargo lo relevante es la palabra “amor”. Amor y pasión, son términos que tendemos a confundir en el corazón pues una disociación alegre conduce al error; la pasión es la fuerza que mueve a la homosexulidad, pasión que parece amor, amor entendido como la fuerza primera que da sentido al ser.
Mientras que no tengamos la voluntad de afrontar el sufrimiento como elemento vital, como parte del ser, caminamos a la descomposición del individuo, la familia, la sociedad, la cultura, inclusive a la de la iglesia misma.

Mentiria si dijera que he quedado plenamente conforme con mi propia respuesta, se que este tema da para mucho mas, y hay muchas variables que dejo de considerar. Pero hasta el día de hoy esta es mi postura mas sincera.

Dice Ratzinger: Discernir claramente lo que es fundamental y lo que pertenece a las consecuencias es una condición indispensable para una reflexión teológica sobre la liberación; creo que este discernimiento también es necesario para la homosexualidad.

Ser permisivo bajo el argumento que puede haber placer y afectividad en una relación entre personas del mismo sexo me parece también una simplificación por demás peligrosa.

Me declaro poco conocedor del tema, así que tambien asumo a Schelder: El buen principiante es esencialmente escéptico.

Alcides

fotografía


La fotografía es un arte y como todo arte tiene su gran problema que se puede plantear así: ¿Cómo hacerlo?, ¿Cuál es el secreto para hacer fotografía artística? Muchos dirán que el truco es saber “captar” el instante, pues a fin de cuentas la fotografía es eso, un instante captado para la eternidad en un papel; para mi seria mas preciso decir que para hacer fotografía se debe saber encontrar lo bello en lo cotidiano. Hacer mas pequeño nuestro ángulo de visión para concentrarnos en aquello que vale la pena, aquello que es trascendente y que siempre esta allí, pero conviviendo con lo efímero, con lo cotidiano.
De cierto modo creo que ese también es el secreto de la felicidad humana, no enfrascarnos en todo lo malo que puede haber, sino descubrir ese millón de pequeñas cosas que valen la pena o como dice una frase que me he topado a menudo en estos días: por cada bomba hay un millón de besos, pero la bomba hace mas ruido. El buen fotógrafo, alegoría del hombre y la mujer que saben ser felices no se fijan en la bomba y todo lo que destruye sino en el millón de besos.
Alcides

martes, 20 de enero de 2009

la muerte


Schopenhauer llamo a la muerte “el gran desengaño”, quien ha pisado los pasillos de ella sabe a que se refería el filosofo alemán. Ante la muerte uno queda expuesto, desnudo, descubre o mejor dicho ve con claridad lo que hay en uno mismo, sus convicciones, sus creencias, lo que uno ama es sopesado y descubierto, la terrible fragilidad de que uno cree “poseer”.
Así que la muerte puede ser la gran maestra, aquella que por paradójico que parezca nos enseña a vivir si es que le sobrevivimos, si es que la vencemos o si es que Dios no tenía dispuesto simplemente que hoy muriéramos.
Por esto, aquel que tacha al suicida de condenado a lo mas recóndito de los avernos se equivoca, ya lo dijo San Pió a una muchacha afligida porque su hermana se había arrojado al vació: del puente al suelo hay mucho tiempo para arrepentirse, si, así es la muerte, así es su inminente presencia, basta una milésima de segundo para enseñarnos muchas cosas.
Alcides