sábado, 30 de agosto de 2008

Vivir (parte 1)



¿Qué tienen en común todos los humanos?, en ultima instancia la Vida misma seria ese vinculo entre el pigmeo de la remota Oceanía y el nómada que se pasea por el Sahara africano, entre el hombre de campo en la Pampa Argentina y el gigante de los Harlem Globe Troters, entre el monje budista y la mujer musulmana...la Vida pues, nos une en este presente. Nos hace viajar a todos en este globo terráqueo a una velocidad de rotación de 50 Km/seg.
Así que a priori debiera ser la Vida el tema esencial del cual partir para un entendimiento común, pero ¿Qué es Vivir?, definiciones podrá haber muchas, en cada campo del saber humano se podría esbozar una o varias buenas respuestas, inclusive la religión aportaría un sin fin de opiniones, cada credo levantaría la voz para dar su opinión.
En lo personal, la definición más simple y a la vez más completa es aquella que reza así:
La Vida es una sucesión finita de sensaciones.
Si, sensaciones es lo que vivimos y, que van desde lo placentero hasta el otro extremo, el dolor supremo. Finitas porque lo único seguro que tenemos es la muerte, lo cual corta al menos en lo conocido ese encadenamiento de sensaciones.
Un sentimiento es obviamente una sensación, amar y odiar son los mas comunes extremos. Pensar es un acto que nos lleva a sensaciones de certeza o error, sobre todo en el ámbito moral donde la subjetividad juega un papel importante y que quizás hoy más que nunca este papel resulta difícil de esclarecer llevándonos a un relativismo que es digno de un tema aparte.
Ahora bien, tenemos la Vida, la existencia, debemos partir de allí, ya Pascal hace cinco siglos estableció que de lo único que no podemos dudar es de esta realidad, existimos, o como lo planteo el: cogito, ergo sum (pienso, luego existo). Somos pues la vida que toma conciencia misma de la vida. No podemos circunscribirnos al ciclo biológico de los demás seres del reino con el que más similitudes tenemos, el animal: nacer, crecer, reproducirse y morir. Eso no nos llena, no nos satisface, tenemos conciencia y necesitamos algo mas.
Pero ya desde este punto surge una gama infinita de posturas y formas de sumir la existencia, podríamos citar tres: las científicas, las filosóficas, las religiosas y las inerciales.


Alcides

lunes, 25 de agosto de 2008

El mal existe


Existe el mal, el dolor, la injusticia, el pecado, es decir todo lo que se antepone a lo bello, lo sublime, el amor, etc. Existen y en ello se nos va una pregunta antiquísima, ¿Por qué Dios lo permite?, ¿no revela esta dualidad un sadismo de Dios?.
La respuesta a esta aparente contradicción solo la encontramos en la dimensión de la fe; El mal subsiste porque Dios lo utiliza como herramienta para el bien, o como lo planteo San Pablo: todo sucede para el bien de aquellos a los que ama el Señor; y al decir todo, se refería inclusive a aquello que en nuestra visión humana es “malo”.
Todo esto surge porque mi hija nuevamente me inquieta con sus preguntas; veíamos El Jorobado de Notre Dame y ella me preguntaba como Dios hacia tan feo a un niño tan bueno como Cuasimodo, pobre Cuasimodo sufría tanto por su fealdad.
Claro esta que la respuesta inicial debe ir por el lado de la belleza interior, aquella que todos sabemos es mas importante que la exterior; pero después surge lo que comentaba al principio: el porque.
Alcides

domingo, 24 de agosto de 2008

Kafka


Hay un universo de pequeñas cosas que llenan la vida de todos y, que son las que lo hacen a uno saber que es feliz y que la vida vale la pena vivirla.
Hoy me senté en un sillón de la sala para escuchar algo de Bach, en la mano un libro sobre los aforismos de F. Kafka, libro que llevo doce años queriendo leer y no he avanzado mas de cinco o seis paginas, ¿Por qué?, siempre me quedo dormido al segundo renglón. Hoy no fue la excepción.
En realidad el libro no me interesa mucho, de haber querido (realmente) lo hubiera terminado hace años, pues es muy pequeño, de hecho es de una serie llamada “libros de bolsillo”.
Lo importante es que estas pequeñas cosas, como decía, son las que hacen de esta vida un lugar bello.
Alcides