sábado, 24 de mayo de 2008

Soplan tiempos difíciles para el matrimonio.


Recuerdo que hace unos diez años, cuando le comente a un buen amigo sacerdote mi decisión de casarme tras las consabidas felicitaciones disparo una frase que no se me ha olvidado, “soplan tiempos difíciles para el matrimonio”, aquella ocasión mi respuesta fue que lo mismo sucedía para el sacerdocio, pues se acababa de publicar un estudio donde se calculaba en 55,000 curas los que habían abandonado el ministerio durante lo que iba del pontificado de Juan Pablo II, con lo cual se rompía el record de cualquier cisma, incluyendo el de la reforma protestante iniciada por Martín Lutero.
Después de todo este tiempo, con tristeza me ha tocado ver como parejas de familiares, amigos y conocidos se han ido separando en el camino, con su cuota de hijos que quedan en hogares deficitarios. Creo que aun no hemos podido ver todo el costo social e individual que esta tendencia de los últimos 60 años le va a costar a la humanidad; pero el incremento en la violencia que exteriorizan las nuevas generaciones, así como el uso de mas y mortales drogas es solo la punta del iceberg de todo lo que le pasara al humano. Todavía se cree ingenuamente que unas cuantas sesiones con el psicólogo sirven para sanar la herida tan profunda que la ausencia de uno de los padres ocasiona en los menores. Claro esta que entiendo que hay ocasiones particulares en que la convivencia se vuelve imposible, el mismo Jesús lo dijo alguna vez –fuera del caso de infidelidad-, sin embargo volver la excepción la moneda común es algo peligroso en lo que hemos caído.
No falta, es mas, sobreabundan los modernistas en busca de reliquias institucionales que quemar, así han dado con el matrimonio, al cual le han quitado el “para siempre” y le han puesto la etiqueta “mientras me hagas feliz”, le han quitado el “hombre-mujer”, para que sea “todos contra todos”.
Hay dos definiciones que me han gustado de sobremanera respecto del matrimonio, la primera dice: dos realidades emocionales conviviendo íntimamente. Es decir, y lo hemos escuchado hasta el cansancio, todo mundo cuenta como le fue en la fiesta, el marido se queja de la esposa y viceversa. Es decir, se vive en un egoísmo en la mayoría de ambos cónyuges que les impide ponerse en el lugar del otro. Acto, que solo proponerlo puede sonar inútil.
Segunda definición: sucesión infinita de pequeñas renuncias; o quizás mas que definición esta seria la formula del matrimonio feliz, aunque por si misma suena a todo un reto o toda una cruz que cargar, ¿Quién esta dispuesto o dispuesta a esa renuncia?. Además de una renuncia no reflexionada llevaría inevitablemente a una especie de esclavitud.
Creo que nadie nació sabiendo ser esposa o esposo y, lo que es peor nadie nos lo enseño, ni aun nuestros mismos padres. Lo que sabemos la mayoría se remite a lo que vimos y oímos de ellos en el trato diario que se daban.
También seria ingenuo creer que se puede llegar a ser un buen cónyuge solamente leyendo un libro o yendo al terapeuta de pareja. Si bien es cierto que las relaciones interpersonales penden en gran medida de la inteligencia emocional de cada uno y, que esta, puede ser ejercitada con la asesoria sicológica adecuada, hay un sin fin de factores en el individuo que determinan y estimulan su comportamiento en pareja; desde el ejemplo que vivieron en el hogar de los padres que ya citábamos (Complejos de Electra y Edipo), hasta la condición socioeconómica, la educación, etc. etc.
Hasta donde puedo darme cuenta, la vía más segura y aun así no infalible para tener una relación conyugal aceptable es que los dos tengan un desarrollo integral de toda la potencialidad como humanos, es decir, que no descuiden ninguna de las dimensiones: cuerpo, mente y espíritu. Pero que dicho proceso sea a la par, sino se formaron verdaderos abismos.
Alcides

domingo, 18 de mayo de 2008

Luis Miguel.


Hace unos días veía por televisión el inicio de la rueda de prensa en la que Luis Miguel presentaba su mas reciente disco titulado Cómplices; en el previo en cuestión TV Azteca resaltaba el hecho de que Televisa estaba boicoteando la conferencia sin enviar a uno solo de sus muchos (y habidos de escándalos) reporteros de la farándula.
La especulación de tan notable ausencia era que Luis Miguel había condicionado un día antes una entrevista con Carlos Loret De Mola, a que este se remitiera a hacerle un cuestionario que el mismo cantante había diseñado, es decir, quería una entrevista a modo, a lo cual la empresa televisora había reaccionado con indignación.
De entrada se puede decir que solo un ingenuo puede creer tal motivo como el verdadero de fondo, ya que una empresa como Televisa sabe guardarse su dignidad y escrúpulos en nombre de los negocios, y que Luis Miguel puede prescindir de la televisora gracias a su popularidad.
Pero, ¿por qué es tan popular Luis Miguel?, ¿es realmente talentoso como para ocupar el lugar que ocupa en el gusto del publico?. Veamos un poco.
Primero, el genero Pop en el que se desenvuelve requiere ciertos atributos físicos que nada tienen que ver con la creación artística, pero que se deben cumplir para ser atractivo según el ideario publico, es decir, en la mente del publico en general siempre hay ciertos estándares que un hombre y una mujer deben cumplir, estándares que cambian con las épocas, pero que establecen si una persona es bella o no. Tenemos pues, que Luis Miguel entra en este prototipo, con lo cual da un paso gigantesco en un género musical, en lo que lo musical suele tener un segundo plano de importancia. ¿O que seria de tanto artista farandulero que ni compone, ni canta, vamos ni baila?; sino que su primer y casi único atributo tristemente es ser bellos con lo cual garantizan que jovencitas o jovencitos, según sea el caso, compran sus discos para soñar que el bello o bella en cuestión les canta al oído.
Si bien es un cantante o, intérprete como suelen quererse llamar hoy por hoy, cuya voz no es ni por mucho la más agraciada del medio. Lo que le da solidez a sus trabajos es todo el equipo que se desplegó en la producción de los mismos; pues se contratan a los mejores compositores, arreglistas y músicos existentes. Por lo que en conjunto sus discos tienen bastante solidez como obras. Además de que en su repertorio aborda varios géneros musicales, volviéndose un autentico show man en sus presentaciones.
Lo principal que tiene Luis Miguel creo que es carisma ante el público, es decir, desde pequeño le callo bien al televidente de Siempre en Domingo ese niño de voz chillona con el pelo largo y vestido de traje, cuya voz, con franqueza estaba a punto de taladrar los oídos. Muchos estarán a favor de el, otros en contra, pero pocos son los indiferentes, aunque le pese a los contrarios.
Así pues, mientras siga cumpliendo con la imagen subconsciente de las mayorías sobre lo que es un galán y siga invirtiendo fuerte en sus producciones tendremos Luis Miguel para rato. Pesele a quien le pese.
Alcides