
Algunas reflexiones en torno a la filosofía de Jean Paul Sartre.
Es innegable que el Existencialismo ha sido una de las corrientes filosóficas modernas que mas ha marcado a la sociedad, aunque esta, la sociedad en general desconozca el pensamiento directo de los filósofos, es innegable que tal pensamiento se permea hasta las grandes masas, pero diluido de una forma que muchas veces raya en la perversión.
El ejemplo típico actual son los reallity show que podemos ver en televisión, sin duda el mas famoso es el Big Brother; este formato de espectáculo fue inspirado según sus propios creadores en la novela titulada “1984” del escritor George Orwell, la cual esta sumamente influenciada por esta corriente filosófica: el individuo a pesar de permanecer a un grupo social, en realidad esta solo y solo se debe bastar para lograr el éxito.
Pero vayamos viendo un poco en que consiste este pensamiento existencialista en las propias palabras de su más reconocido exponente, Jean Paul Sastre, el cual en su más famoso libro “el existencialismo es un humanismo” expone con toda claridad los axiomas que dan forma a esta corriente:
"El existencialismo ateo que yo represento (...) declara que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o, como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto, sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto, que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original, más espontánea de lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es; yo opino que es real el motivo o causa del ser."
Dios no existe.
Para desglosar el párrafo anterior, me gustaría empezar por la primera línea, allí donde dice “si Dios no existe…”; este postulado presupone la no existencia de un ser trascendental, sin embargo no aporta pruebas a favor de ello, lo cual va justo en contra de la ortodoxia racionalista que tanto defiende el ateismo, es decir, se hace a un lado el método científico y se presupone “Dios no existe”; creo que un verdadero acto de honestidad intelectual obliga a establecer pruebas de tal aseveración.
Es evidente pues el prejuicio que se guarda respecto de la existencia de Dios; es una negación que raya en lo patológico para los filósofos modernos, pero ¿Por qué esta aversión al tema de Dios?, creo que primordialmente porque estamos viviendo todavía una efervescencia ante todos los conocimientos y descubrimientos que nos han caído como diluvio en los últimos 4 siglos, es decir, tenemos tantos nuevos datos a nuestro alcance, le hemos robado tanto espacio al misterio, misterio que llamábamos Dios, que creemos como consecuencia que Dios ya no va a estar mas en ningún rincón de nuestra ignorancia.
Así pues, el solo hecho de establecer la posibilidad de un Dios es un acto retrogrado para cualquier filosofo que se jacte de ser serio, pues presupone un volver al pasado. Al cual hemos desechado y se le recuerda solo como historia, sin reconocer la posibilidad que en esos 3000 años de filosofía puede haber cosas realmente buenas, es pasado y merece morir, y en ese pasado también esta Dios, ¡Dios ha muerto!, proclamo Nietszche hace dos siglos.
La existencia precede a la esencia.
Volviendo al análisis del texto leemos el siguiente axioma “la existencia precede a la esencia”; este tema es antiquísimo como la filosofía y las religiones mismas; los bandos van de un extremo a otro, hay quienes pues proponen justo lo contrario, la esencia precede a la existencia como los budistas. Inclusive hay quienes presuponen que ambas son inseparables y solo tienen un principio mas no un final, como el cristianismo.
Aceptar el presupuesto de Sartre, implicaría esperar que un buen día el individuo sufra la inserción de la esencia en su cuerpo, es decir, que el espíritu tome posesión del cuerpo; tal hipótesis que sea presentado por un bando ateo me parece inconsistente pues en todo caso, ¿Quién insertaría tal esencia en el individuo?, ¿la naturaleza?, si es así, ¿Por qué tendría que hacer tal cosa la naturaleza?, ¿no seria esto un acto racional de la naturaleza?, lo cual dicho de paso va en contra del principio de azar que se presupone es el modo de operar y la esencia misma de la naturaleza.
Me inclino a pensar que esencia y existencia nacen a la par, sin embargo la primera permanece en potencia en los primeros años del individuo, es decir, esta allí pero no se tiene la conciencia de ella. Solo la conciencia, es decir, el acto racional es el que es capaz de darnos a conocer la esencia.
El hombre no es otra cosa que lo que el se hace.
De entrada estoy de acuerdo con esta propuesta, somos lo que hemos decidido hacer con nosotros mismos, esta función de la voluntad y el libre albedrío en que opera el hombre. Sin embargo tal voluntad y libertad hay que reconocer que no son plenas; somos seres sociales insertados en la particularidad de nuestro tiempo y difícilmente, sino es que resulta imposible escapar a aquello que nos condiciona tal singularidad. Es decir, vivimos los paradigmas contemporáneos y a lo más que podemos aspirar es a escapar a esos paradigmas; pero descarto un fatalismo en tal condición, sino más bien una necesidad evolutiva gradual en nuestro pensamiento colectivo.
Para explicarme recurriré al celebre ejemplo de Platón titulado “los ídolos de la caverna”; relataba pues el celebre filosofo que existió hace mucho tiempo un grupo de individuos que Vivian en la oscuridad absoluta de una caverna, sin embargo uno de ellos se decidió a explorar hasta que llego al exterior y conoció la luz, maravillado por lo que pudo ver fue a contárselo a sus compañeros, sin embargo estos, lo asesinaron pues creyeron que había enloquecido; así pues el paradigma contemporáneo al que podía aspirar romper el hombre que vio la luz era el de la oscuridad absoluta; no podía ir mas allá, porque desconocía que hay mas allá, solo vio lo que pudo en la entrada de la gruta, quizás un bosque y un cielo azul, pero no pudo hablar, por ejemplo, del mar.
Se necesitan pues, muchos mártires que nos hablen de la luz, para que el colectivo decida ir a la boca de la gruta, sin duda ese día, allí nos estacionaremos, pero empezara a haber nuevos mártires que exploren mas allá de lo que se ve al pie de la gruta, esa es la condición de la humanidad en su conjunto. Así ha operado desde siempre, desde la invención de la rueda, el cultivo, hasta la abolición de la esclavitud y la implementación de la democracia. El desarrollo de la humanidad es un proceso gradual.
El existencialismo es un humanismo.
Por ultimo quiero referirme al titulo del libro, para preguntarme ¿Qué es un humanismo?, según he leído en varias referencias lo común es aceptar por humanismo una corriente que este a favor del individuo, es decir, que este en contra por ejemplo de un nacionalismo, donde el individuo es visto y valorado solo en función de lo que pueda aportar a la nación. O de una religiosidad, donde el individuo esta en función y al servicio de la institución religiosa.
Entonces pues, el humanismo debiera ser una corriente que tratase de comprender íntegramente al hombre: cuerpo, mente y espíritu. Pero el existencialismo de Sastre se declara ateo, con lo cual niega parte de la dimensión espiritual del ser. Para mi esta es una vejación, con lo cual se esta firmando el certificado de defunción de esta corriente filosófica, ¿Por qué?, simple, porque vejando al hombre en su dimensión espiritual será imposible que logre darle al hombre mismo las respuestas que necesita.
El hombre necesita una respuesta integral a su existencia, pero mucho me temo que la tendencia de las ciencias y las religiones es polarizar sus posiciones; pasando del dogmatismo al fundamentalismo y volviendo el supuesto dialogo mas bien un dialogo de sordos donde todos hablan, pero nadie quiere escuchar al otro.
Requerimos con urgencia un doble acto de sinceridad: intelectual y espiritual; solo este doble esfuerzo personal puede arrojarnos las respuestas que requerimos como individuos y como humanidad.
Alcides
Es innegable que el Existencialismo ha sido una de las corrientes filosóficas modernas que mas ha marcado a la sociedad, aunque esta, la sociedad en general desconozca el pensamiento directo de los filósofos, es innegable que tal pensamiento se permea hasta las grandes masas, pero diluido de una forma que muchas veces raya en la perversión.
El ejemplo típico actual son los reallity show que podemos ver en televisión, sin duda el mas famoso es el Big Brother; este formato de espectáculo fue inspirado según sus propios creadores en la novela titulada “1984” del escritor George Orwell, la cual esta sumamente influenciada por esta corriente filosófica: el individuo a pesar de permanecer a un grupo social, en realidad esta solo y solo se debe bastar para lograr el éxito.
Pero vayamos viendo un poco en que consiste este pensamiento existencialista en las propias palabras de su más reconocido exponente, Jean Paul Sastre, el cual en su más famoso libro “el existencialismo es un humanismo” expone con toda claridad los axiomas que dan forma a esta corriente:
"El existencialismo ateo que yo represento (...) declara que, si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de poder ser definido por ningún concepto, y que este ser es el hombre o, como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa aquí que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia. El hombre no es otra cosa que lo que él se hace. Éste es el primer principio del existencialismo. Es también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos decir con esto, sino que el hombre tiene una dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir. El hombre es ante todo un proyecto, que se vive subjetivamente, en lugar de ser un musgo, una podredumbre o una coliflor; nada existe previamente a este proyecto; nada hay en el cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá ser. Pues lo que entendemos ordinariamente por querer es una decisión consciente, que para la mayoría de nosotros es posterior a lo que el hombre ha hecho de sí mismo. Yo puedo querer adherirme a un partido, escribir un libro, casarme; todo esto no es más que la manifestación de una elección más original, más espontánea de lo que se llama voluntad. Pero si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es; yo opino que es real el motivo o causa del ser."
Dios no existe.
Para desglosar el párrafo anterior, me gustaría empezar por la primera línea, allí donde dice “si Dios no existe…”; este postulado presupone la no existencia de un ser trascendental, sin embargo no aporta pruebas a favor de ello, lo cual va justo en contra de la ortodoxia racionalista que tanto defiende el ateismo, es decir, se hace a un lado el método científico y se presupone “Dios no existe”; creo que un verdadero acto de honestidad intelectual obliga a establecer pruebas de tal aseveración.
Es evidente pues el prejuicio que se guarda respecto de la existencia de Dios; es una negación que raya en lo patológico para los filósofos modernos, pero ¿Por qué esta aversión al tema de Dios?, creo que primordialmente porque estamos viviendo todavía una efervescencia ante todos los conocimientos y descubrimientos que nos han caído como diluvio en los últimos 4 siglos, es decir, tenemos tantos nuevos datos a nuestro alcance, le hemos robado tanto espacio al misterio, misterio que llamábamos Dios, que creemos como consecuencia que Dios ya no va a estar mas en ningún rincón de nuestra ignorancia.
Así pues, el solo hecho de establecer la posibilidad de un Dios es un acto retrogrado para cualquier filosofo que se jacte de ser serio, pues presupone un volver al pasado. Al cual hemos desechado y se le recuerda solo como historia, sin reconocer la posibilidad que en esos 3000 años de filosofía puede haber cosas realmente buenas, es pasado y merece morir, y en ese pasado también esta Dios, ¡Dios ha muerto!, proclamo Nietszche hace dos siglos.
La existencia precede a la esencia.
Volviendo al análisis del texto leemos el siguiente axioma “la existencia precede a la esencia”; este tema es antiquísimo como la filosofía y las religiones mismas; los bandos van de un extremo a otro, hay quienes pues proponen justo lo contrario, la esencia precede a la existencia como los budistas. Inclusive hay quienes presuponen que ambas son inseparables y solo tienen un principio mas no un final, como el cristianismo.
Aceptar el presupuesto de Sartre, implicaría esperar que un buen día el individuo sufra la inserción de la esencia en su cuerpo, es decir, que el espíritu tome posesión del cuerpo; tal hipótesis que sea presentado por un bando ateo me parece inconsistente pues en todo caso, ¿Quién insertaría tal esencia en el individuo?, ¿la naturaleza?, si es así, ¿Por qué tendría que hacer tal cosa la naturaleza?, ¿no seria esto un acto racional de la naturaleza?, lo cual dicho de paso va en contra del principio de azar que se presupone es el modo de operar y la esencia misma de la naturaleza.
Me inclino a pensar que esencia y existencia nacen a la par, sin embargo la primera permanece en potencia en los primeros años del individuo, es decir, esta allí pero no se tiene la conciencia de ella. Solo la conciencia, es decir, el acto racional es el que es capaz de darnos a conocer la esencia.
El hombre no es otra cosa que lo que el se hace.
De entrada estoy de acuerdo con esta propuesta, somos lo que hemos decidido hacer con nosotros mismos, esta función de la voluntad y el libre albedrío en que opera el hombre. Sin embargo tal voluntad y libertad hay que reconocer que no son plenas; somos seres sociales insertados en la particularidad de nuestro tiempo y difícilmente, sino es que resulta imposible escapar a aquello que nos condiciona tal singularidad. Es decir, vivimos los paradigmas contemporáneos y a lo más que podemos aspirar es a escapar a esos paradigmas; pero descarto un fatalismo en tal condición, sino más bien una necesidad evolutiva gradual en nuestro pensamiento colectivo.
Para explicarme recurriré al celebre ejemplo de Platón titulado “los ídolos de la caverna”; relataba pues el celebre filosofo que existió hace mucho tiempo un grupo de individuos que Vivian en la oscuridad absoluta de una caverna, sin embargo uno de ellos se decidió a explorar hasta que llego al exterior y conoció la luz, maravillado por lo que pudo ver fue a contárselo a sus compañeros, sin embargo estos, lo asesinaron pues creyeron que había enloquecido; así pues el paradigma contemporáneo al que podía aspirar romper el hombre que vio la luz era el de la oscuridad absoluta; no podía ir mas allá, porque desconocía que hay mas allá, solo vio lo que pudo en la entrada de la gruta, quizás un bosque y un cielo azul, pero no pudo hablar, por ejemplo, del mar.
Se necesitan pues, muchos mártires que nos hablen de la luz, para que el colectivo decida ir a la boca de la gruta, sin duda ese día, allí nos estacionaremos, pero empezara a haber nuevos mártires que exploren mas allá de lo que se ve al pie de la gruta, esa es la condición de la humanidad en su conjunto. Así ha operado desde siempre, desde la invención de la rueda, el cultivo, hasta la abolición de la esclavitud y la implementación de la democracia. El desarrollo de la humanidad es un proceso gradual.
El existencialismo es un humanismo.
Por ultimo quiero referirme al titulo del libro, para preguntarme ¿Qué es un humanismo?, según he leído en varias referencias lo común es aceptar por humanismo una corriente que este a favor del individuo, es decir, que este en contra por ejemplo de un nacionalismo, donde el individuo es visto y valorado solo en función de lo que pueda aportar a la nación. O de una religiosidad, donde el individuo esta en función y al servicio de la institución religiosa.
Entonces pues, el humanismo debiera ser una corriente que tratase de comprender íntegramente al hombre: cuerpo, mente y espíritu. Pero el existencialismo de Sastre se declara ateo, con lo cual niega parte de la dimensión espiritual del ser. Para mi esta es una vejación, con lo cual se esta firmando el certificado de defunción de esta corriente filosófica, ¿Por qué?, simple, porque vejando al hombre en su dimensión espiritual será imposible que logre darle al hombre mismo las respuestas que necesita.
El hombre necesita una respuesta integral a su existencia, pero mucho me temo que la tendencia de las ciencias y las religiones es polarizar sus posiciones; pasando del dogmatismo al fundamentalismo y volviendo el supuesto dialogo mas bien un dialogo de sordos donde todos hablan, pero nadie quiere escuchar al otro.
Requerimos con urgencia un doble acto de sinceridad: intelectual y espiritual; solo este doble esfuerzo personal puede arrojarnos las respuestas que requerimos como individuos y como humanidad.
Alcides