Las broncas de aparentar ser Postmoderno.
¡No dogmatizar!, es la consigna de la modernidad,
¡No dogmatizar!, a cualquier precio,
Aunque caer en tal exceso sea ya un dogmatismo.
Pero si por azar descubrimos tal contradicción
entonces optemos por el agnosticismo,
el escepticismo y cualquier ismo que nos libere
del peligro de la necesidad de una verdad especulativa,
de una verdad que se llegue por nuestro libre albedrío.
Del retrogrado acto de tener que
asumir aquella sentencia de Pascal:
Hay razones que solo entiende el corazón.
¿Pero porque todo este embrollo?
¿Cómo es que llego el hombre a este punto?
Creo que la cuestion empezó hace unos cinco siglos,
Justo con la llegada de Colon sin saberlo a América,
Con la invención de la maquina de vapor,
El tranvía, mejores telescopio, hasta del microscopio.
En pocas palabras el hombre se dio cuenta
Que había vivido engañado por la religión;
Tan grande decepción fue el descubrirnos
Que nuestro planetita azul poco tenia de singular,
Que nuestra galaxia era mediocre
Y que al día de hoy se han descubierto unos trescientos
Planetas como el nuestro.
Entonces se prometió no volver a confiar en la fe.
Se propuso pues solo creer en lo “científicamente” demostrable.
Así empezó esta batalla medio loca
Contra lo que hay dentro del mismo humano,
El Espíritu.
¡Dios es un mentiroso!,
no era verdad que estaba allá en el cielo.
Palabras mas, palabras menos eso dijo
Neil Armstrong, el primer hombre en la luna.
¡Y sin embargo se mueven! Dicen que dijo,
y en realidad nunca lo dijo, el tal Galileo
en su lecho de muerte y aunque tenia razón.
Ante tanto error y desazón decidimos enterrar
A Dios en el pasado.
Pero, y aquí viene el pero,
El hecho es que el hombre como tal,
Es decir: cuerpo, mente y espíritu, se desequilibro.
Se volvió neurótico, estresado y un
Comprador compulsivo.
Empezó a usar la marihuana
Y cuando se canso de la insatisfacción del humo,
Se invento la cocaína,
Después las metaenfetaminas
Y sabe que tantas cosas más.
Empezó a hacer uso explicito del suicidio
Como pandemia para calmar el dolor.
Legalizo el aborto como medio de planificación
Familiar,
Legalizo el matrimonio entre personas del mismo sexo
Para demostrarle a Dios que era un mito superado
Eso de que el amor solo se daba entre
Hombres y mujeres.
¡que carajo faltaba mas, faltaba menos!.
¿Y al final como venimos quedando?
Modernizados por fuera y jodidos por dentro.
La técnica y la ciencia no nos alcanzo
Para inventar un control automático
En nuestras emociones.
Entonces, como decía, el hombre se volvió tristón,
Y ya ni voltea
Al cielo a ver el espectáculo nocturno
De las estrellas, las malditas luces
De la ciudad nos lo impiden,
Ese espectáculo que por milenios fascino
A nuestros ancestros,
Los cuales con solo estar viendo
Determinaron los ciclos de varios planetas
Y uno que otro cometa,
Hoy a lo sumo podremos ver algun avión
Que trae otros neuroticos iguales o peor que yo.
Entonces mejor nos metemos a nuestra habitación,
Prendemos el televisor, mas entre anuncio
Y anuncio esa vocecita que nunca
Ha podido callar, nos grita:
Cabron, esto no puede serlo todo.
En cuyo caso creemos que la voz de la conciencia
Hace mención explicita a una cerveza y vamos al
Refrigerador por tal cosa.
Regresamos al sillón y la voz vuelve con lo mismo:
Cabron, esto no puede serlo todo.
Entonces pedimos una pizza por teléfono.
Pero la voz sigue y sigue.
Y vamos al medico que nos receta un relajante muscular,
Luego al psicólogo que nos prescribe un somnífero.
Luego al Tarot que nos prohíbe salir de casa los días
En que estén alineados saturno y plutón,
¿Sabrá el Tarot que plutón ya no es planeta?
Más tarde al feng shui que ordena alinear la sala con el refrigerador,
la meditación trascendental que nos envuelve en silogismos,
el yoga que nos hace meditar en la nada y el todo,
como si tales conceptos fueran accesibles a la mente.
Luego pasamos a la mota, el alcohol,
El sexo, algun club social.
Pero cuando llegamos a casa allí sigue la voz.
¿Será posible que sea tan estupido el hombre?.
Me temo que si.
Me temo que ver a la mosca tratando de traspasar
El cristal, no es mas que una metáfora
De nuestra moderna racionalidad.