sábado, 22 de septiembre de 2007

miércoles, 19 de septiembre de 2007

El otro dolor en Cristo.



Cuando solemos hablar del dolor en Cristo,
nos remitimos invariablemente a su pasión
en la cruz,
sin embargo en su corazón humano
no fue aquella la única ocasión
en que sintió ser traspasado por clavos.

Un día de la niñez probó la orfandad
de su padre terrenal.
Quizás esa tarde llego de la escuela y,
observo a su madre triste sentada
en una silla,
cosa extraña, pues el había experimentado
desde el vientre como aquella mujer,
se deshacía en labores.
Simplemente recordemos como corrió
a la casa de su prima Isabel.


Mami, ¿Qué tienes?, fue inevitable preguntar.
Maria enjuagándose una lágrima dijo:
tu papi ha ido donde tu Padre.
El niño en ese momento se sentó
junto a la madre,
reclino la cabeza, puso la barbilla entre
sus palmas y dijo con aquella voz del cielo
que suelen tener todos los niños:

Padre del cielo, que dolor tan grande
saber que no veremos más a Papi José;
me haz enviado para ser del mundo
el pleno consuelo, por ello
era necesario que experimentara,
esta hora de soledad.
Que pronto llegue a nuestras almas,
la certeza de que esto es solo un transe,
y que alcanzaremos el día en que departamos
junto a el y Tu el eterno amor.

Siguió un silencio largo
de aquellas dos almas en esa habitación.
No necesitaban muchas palabras para comunicarse;
al final vino un abrazo tierno
entre hijo y madre.
Después fueron a hacer todo lo concerniente
A los familiares del difunto.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Leyendas negras de la Iglesia Catolica



Hace unos días termine de leer el libro Leyendas Negras de la Iglesia Católica, escrito por el italiano Vittorio Mesori; cuya intención a través de todas las paginas es hacer una defensa del papel histórico que realizo esta institución en casos como la inquisición, la esclavitud, el nazismo, los derechos humanos, etc. etc.

Obviamente sucedió lo inevitable cuando alguien de pretendida honestidad intelectual trata de defender lo indefendible, es decir, no llega a establecer la inocencia del catolicismo; esta realidad pecaminosa la entendió muy bien Juan Pablo II, al grado de decidir hacer un acto publico solicitando el perdón histórico de la Iglesia, acto que es sabido, provoco un escándalo en las altas esferas jerárquicas, pues se mostraban renuentes a que el mismísimo Papa confesara los errores sabiéndose depositarios de cargos de institución divina. Pensando así ¿no era un acto humillante?, pero en fin, solo era lo mínimo que le debíamos a la historia. Obviamente este acto contó con la incomprensión de la inmensa mayoría de los católicos remitiéndose a guardarse en las hemerotecas públicas.

Lo bueno que tiene este libro, porque hay que reconocer que es muy cierto aquello que dijo el Quijote de La Mancha…”no hay libro que al menos una cosa buena no tenga”, es que Mesori logra abrirnos los ojos en cuanto al papel que han jugado todos aquellos detractores milenarios de la Iglesia Católica llámense estos ateos, políticos de izquierda, miembros del cisma protestante, comunistas, judíos, etc. todos pues, han cometido los mismos crímenes que le imputan al catolicismo, todos han estado inmersos en la misma realidad histórica y han reaccionado de la misma manera que el catolicismo, un ejemplo es la esclavitud, en la cual se culpa a los católicos de montar en Latinoamérica verdaderos campos de esclavos, sin embargo, los protestantes ingleses que emigraron a lo que hoy es Estados Unidos también tuvieron esclavos y se sabe que en condiciones mucho mas degradantes.

Así pues, cuando una voz desde fuera se levanta en contra de nuestros pecados como Iglesia Católica seria bueno decir como Jesús: el que este libre de pecado que lance la primera piedra y enseñarle algo de historia al pobre tipo ese.

Para mi la gran pregunta es: ¿Por qué seguir siendo Católico?, si históricamente ha estado envuelta esta Iglesia en cuestiones que van precisamente en contra de lo que enseño Jesús mismo; además, por simple interpolación es obvio esperar que el presente no sea muy diferente a los dos mil años anteriores, repito, ¿Por qué seguir siendo Católico?. ¿Por comodidad?, muchas veces hemos escuchado algo como: soy católico porque aquí se nos deja hacer lo que sea. ¿Por inercia?, nací católico, crecí católico y moriré católico. ¿Por satisfacción?, yo ya tengo mi ministerio o yo ya tengo mi cargo con el cual me siento muy a gusto.

¿Por qué no irse detrás de esos 5000 católicos que diariamente (tan solo en Latinoamérica) emigran a las sectas de corte pentecostal?, algo bueno debe haber allá con los hermanos separados que nos esta atrayendo a tantos católicos. ¿Por qué seguir siendo católico?.

La respuesta solo la pueden buscar aquellos que tomen en serio su fe, tal respuesta debe ser un acto personal. Sino se nos remueve la conciencia ante la realidad, mucho me temo que seremos solo tibios, y sabemos muy bien cual es el sentimiento que tales tibios despiertan en Dios.