
Escribir…comunicar ideas y sentimientos es un arte, escribir es…con signos –las letras-abrirte a los demás, que los demás te vean, quizás por ello sea tan escaso escribir, a nadie nos gusta exponernos. Es como ese sueño de vernos desnudos a mitad del escenario en pleno concierto.
Yo no se si eso de escribir sea algo difícil, nunca me lo planteo así, tampoco me planteo si lo hago bien o mal, empiezo por escribir para mi, poner en claro una idea, un sentimiento, tratando de descubrir que me quiero decir a mi mismo. Porque no se si le pasa a los demás, pero la vida no me llega clara a la mente, al corazón. La vida cuando me quiere decir algo, cuando Dios me quiere decir algo, no suelen decirlo llanamente, lo dicen como entre voces, susurrándolo a la mente, al corazón, supongo que eso es el albedrío, la libertad…el entender las cosas como uno plazca. Entender y asumir el susurro de Dios.
Escribir es pues una oración, una comunicación con lo otro, es tender un puente entre los hombres y entre Dios. Escribir debiera ser pues una necesidad, un mandato supremo, algo vital.
Escribir es peligroso, es incomodo, nos autodescubre, nos revela lo que somos, lo limitado de nuestras ideas, lo cerrado de nuestro criterio, lo poco o nada que sabemos, así que para escribir hay que hacerlo con el botiquín de primeros auxilios al lado.
Cuando uno propone, se expone. De lo que yo he escrito y me ha gustado, todos me han vituperado, de lo que he considerado un fiasco todos me lo han felicitado, escribir es una sorpresa.
Alcides
Yo no se si eso de escribir sea algo difícil, nunca me lo planteo así, tampoco me planteo si lo hago bien o mal, empiezo por escribir para mi, poner en claro una idea, un sentimiento, tratando de descubrir que me quiero decir a mi mismo. Porque no se si le pasa a los demás, pero la vida no me llega clara a la mente, al corazón. La vida cuando me quiere decir algo, cuando Dios me quiere decir algo, no suelen decirlo llanamente, lo dicen como entre voces, susurrándolo a la mente, al corazón, supongo que eso es el albedrío, la libertad…el entender las cosas como uno plazca. Entender y asumir el susurro de Dios.
Escribir es pues una oración, una comunicación con lo otro, es tender un puente entre los hombres y entre Dios. Escribir debiera ser pues una necesidad, un mandato supremo, algo vital.
Escribir es peligroso, es incomodo, nos autodescubre, nos revela lo que somos, lo limitado de nuestras ideas, lo cerrado de nuestro criterio, lo poco o nada que sabemos, así que para escribir hay que hacerlo con el botiquín de primeros auxilios al lado.
Cuando uno propone, se expone. De lo que yo he escrito y me ha gustado, todos me han vituperado, de lo que he considerado un fiasco todos me lo han felicitado, escribir es una sorpresa.
Alcides