miércoles, 8 de octubre de 2008

frases


Como soy un adicto a las frases, he aquí algunas que me han ido retumbando en estos días en mis oídos, han surgido de algun periódico, de una charla, de canciones, de cualquier cosa:

En cien mentiras siempre va una verdad y en cien verdades siempre vive una mentira.

El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.

El amor cuando no muere mata y amores que matan nunca mueren.

El río del tiempo labra lento en el suelo de la verdad.

La música es la columna vertebral de nuestro espíritu.


Alcides

martes, 7 de octubre de 2008

He dormido


He dormido en una habitación inmensa con 60 personas,
he dormido solo en un infierno pequeño,
llorando por la muerte de un amigo,
he dormido en el suelo, en la arena, en un coche,
En el piso de mi oficina.

He dormido viendo las estrellas y,
al canto sinfónico de los grillos.
Bajo el unísono de las infinitas olas
o bajo la metralleta de la rompedora de concreto.

He dormido sin ti y aun a tu lado,
en el frió y al calor de las copas,
en aviones, barcos -me falta un tren-.
Inclusive hay noches que no se donde he dormido,
aunque quizás esas noches he soñado contigo.


Alcides

lunes, 6 de octubre de 2008


Desperté a las 5:35 AM, la siguiente vez que vi el reloj eras las 14:35. Es lunes, día que pasa volando, luego, las 20:36 y estoy sentado acá, tratando de sacar alguna idea que valga la pena, quise leer hace rato y me quede dormido sobre el sillón de la sala, no creo que avanzara mas de dos paginas a la novela o cuento –no se que sea- de Miguel de Unamuno.
La vida pasa de prisa a veces y otras, apenas si camina el segundero, la vida es una amiga y otras la peor de las arpías, la vida es un juego y otras el peor de los infiernos. Sucesión finita de sensaciones…pasado, presente, futuro.

Alcides

domingo, 5 de octubre de 2008

¿Cómo es Dios?


¿Cómo es Dios?, es una pregunta imposible de responder con exactitud, lo infinito no cabe en todas las palabras del mundo, Dios no se puede llegar a conocer con exactitud y, en ello no hay mucho misterio, ni siquiera a otro humano podemos llegar a conocer completamente y, para ir no muy lejos, ni siquiera a nosotros mismos llegamos a conocernos plenamente durante toda la vida.
Sin embargo hay ciertas pistas que Dios dejo de si mismo, como aquella de “Dios es amor”. Además dejo una Iglesia, cuya misión y único sentido de ser era, es y será presentar a los hombres a es Dios incognoscible pero que es puro amor. La idea de Dios, la visión de Dios, lo que entendemos por Dios y la forma en que vivimos con Dios es pues, en gran medida responsabilidad de esa Iglesia.
Claro esta que el problema ya se volvió inmenso, pues de entrada habría que establecer cual es esa Iglesia o si subsiste esa Iglesia en el día de hoy. Toda la familia sui generis del cristianismo quiere llevarse el titulo de “la Iglesia verdadera”, desde el sabatista, pasando por el pentecostal y el protestantismo, hasta llegar al consabido catolicismo dice guardar en sus arcas la verdad plena, a Dios intacto.
Pero dejando de lado la tentación de meternos a hacer apología, me gustaría mejor ver otra arista de esta compleja realidad: ¿Cómo ven a Dios los que no creen o conocen a Dios?. De entrada ellos no ven a Dios, ven a los cristianos, independientemente del color de camiseta que lleve, ellos ven un grupo numeroso de equipos, todos disputándose el campeonato, cuyo trofeo pareciera ser constituida como “la Iglesia verdadera”.
Como católico me doy cuenta y, en ello no va ningún secreto que el Dios que mostramos es un dios bastante burocrático, atrapado en dos mil años de historia, pareciera apenas si poder sacar la mano del calabozo de ritos y moralidad que le hemos construido. Un dios de domingos y fiestas de guardar, un dios que vive acechándonos para desatar una tormenta de tragedias en cuanto pequemos.
Y me pregunto donde estará aquel Dios que cita San Pablo: los he hecho libres para que vivan en la libertad. ¿Realmente estará entre toda esa pompa en que viven los jerarcas, los príncipes de la Iglesia?, ¿realmente nos querrá cada domingo sentaditos y peinaditos en la banca de la parroquia?, ¿Qué dirá de nuestras procesiones, de nuestra iconografía, de nuestras fiestas patronales, de los votos de pobreza, obediencia y castidad de los curas? ¿Qué dirá de mi, de mi tibieza y desinterés?, ¿estará molesto por que estoy rayando en la falta de respeto a su Iglesia?
Alcides