
Ese era mi amigo, pero después de lo que me hizo, ya no lo es mas…Aquella la consideraba mi amiga, pero ahora que enseño sus verdaderas intenciones se que no es así…estas frases y una multitud de variantes las hemos escuchado un sinfín de veces e inclusive alguna vez las debimos de haber pronunciado.
En este tenor creo que las relaciones interpersonales son sin duda uno de los puntos que mas nos cuesta a los humanos sobrellevar, esto a pesar de que somos seres condicionados para vivir en grupo, llámese este familia, ciudad, país, etc.
Es decir, estamos hechos para vivir junto a otros, pero esto no nos resulta de modo alguno sencillo, a menos que optemos por tener solo relaciones superficiales, lo cual a la larga nos provoca graves desequilibrios emocionales.
Así pues, de cierta forma estamos condenados a entablar relaciones interpersonales, las cuales, como hemos dicho, nos resultan complicadas. Entonces, ¿qué hacer?, ¿cómo asumir esta necesidad de tener amigos si sabemos que no es fácil?.
Creo que debemos partir de una lección que invariablemente la vida nos da: nada de lo que realmente es importante o valioso es gratis, fácil o se puede comprar y, mucho menos tratándose de la amistad.
Esto todo lo sabemos, sin embargo, también hay otra realidad que nos golpea, y se trata de que somos muy pocos persistentes, es decir, pronto nos damos por vencidos, pronto abandonamos las empresas que nos proponemos, pronto cambiamos nuestros propósitos por el conformismo. ¿Quién ha cumplido cabalmente un propósito de año nuevo?, ¿Quién ha bajado los kilos que se propuso?.
Visto de esta manera, es de esperarse que una amistad verdadera y profunda, no sea aquella exenta de diferencias y desencuentros, sino aquella en que cada uno hace un esfuerzo constante de superar los obstáculos que inevitablemente van surgiendo.
Como dijo Bertol Brech: hay hombres que luchan un día y son bueno; hay hombres que luchan un tiempo y son por ello mejores, pero hay hombres que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles. De aquí concluyo que para que una amistad sea duradera debe estar conformada por dos imprescindibles.
Alcides
En este tenor creo que las relaciones interpersonales son sin duda uno de los puntos que mas nos cuesta a los humanos sobrellevar, esto a pesar de que somos seres condicionados para vivir en grupo, llámese este familia, ciudad, país, etc.
Es decir, estamos hechos para vivir junto a otros, pero esto no nos resulta de modo alguno sencillo, a menos que optemos por tener solo relaciones superficiales, lo cual a la larga nos provoca graves desequilibrios emocionales.
Así pues, de cierta forma estamos condenados a entablar relaciones interpersonales, las cuales, como hemos dicho, nos resultan complicadas. Entonces, ¿qué hacer?, ¿cómo asumir esta necesidad de tener amigos si sabemos que no es fácil?.
Creo que debemos partir de una lección que invariablemente la vida nos da: nada de lo que realmente es importante o valioso es gratis, fácil o se puede comprar y, mucho menos tratándose de la amistad.
Esto todo lo sabemos, sin embargo, también hay otra realidad que nos golpea, y se trata de que somos muy pocos persistentes, es decir, pronto nos damos por vencidos, pronto abandonamos las empresas que nos proponemos, pronto cambiamos nuestros propósitos por el conformismo. ¿Quién ha cumplido cabalmente un propósito de año nuevo?, ¿Quién ha bajado los kilos que se propuso?.
Visto de esta manera, es de esperarse que una amistad verdadera y profunda, no sea aquella exenta de diferencias y desencuentros, sino aquella en que cada uno hace un esfuerzo constante de superar los obstáculos que inevitablemente van surgiendo.
Como dijo Bertol Brech: hay hombres que luchan un día y son bueno; hay hombres que luchan un tiempo y son por ello mejores, pero hay hombres que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles. De aquí concluyo que para que una amistad sea duradera debe estar conformada por dos imprescindibles.
Alcides