martes, 1 de enero de 2008

Hoy es el primer día del año, 2008 de la era cristiana, es decir, después del nacimiento de Cristo, aunque tal cosa hoy se encuentra bajo serios cuestionamientos, pues parece evidente que ni fue hace 2008 años, ni fue un 24 de diciembre. Al respecto me extraña que no allá surgido alguna nueva secta con este motivo, claro esta, bajo el argumento de que a su líder mesiánico y fundador se lo revelo el mismísimo Dios en una visión.
Anoche pues, como se acostumbra en todo el mundo, o al menos todo el mundo donde hay televisión y una cámara para grabarlo se festeja tal advenimiento con una fiesta ya sea familiar o en algun restaurante, o de plano como mis vecinos, en la calle quemando llantas de vehículos, haciendo caso omiso del llamado de las autoridades municipales y del h. cuerpo de bomberos.
Supongo que este acto vandálico es motivado por la euforia de ocasiona la llegada del nuevo año, aunque a las 21: 45 horas de este primero de enero, empieza a desvanecerse tal hipótesis, pues los susodichos aun no sacan la cabeza de sus casa para darle la bienvenida a este nuevo año, ¿Dónde quedo la euforia de anoche?, ¿se habrá quemado con los neumáticos?.
Total que empezamos un nuevo año, todos o los mas bastantes crudos, las calles vacías, las tiendas cerradas, los cajeros automáticos repletos de bauchers abandonados donde sacamos nuestros ultimos ahorros para la cena y los tradicionales cuetes de los menores.
Podría ponerme metafísico, meta cuántico, metanoia y cualquier meta para dilucidar sobre estas fechas, pero no me late la idea y con franqueza no creo que a alguien le interese, estamos desvelados o crudos, así que mejor a callar y ver las películas de estreno que hoy ponen en la televisión.