
Recordaba hace un rato el día que me case, allá parado frente al altar estaba yo, ¿nervioso?, no, ya se habían inventado los celulares y sabia bien que Martha estaba afuera en el carro esperando que fuera la hora, en eso llego Memo, el sacerdote y amigo que nos caso. ¿Estas nervioso?, pregunto. Como que esa es la pregunta típica, así que para variar, en vez de responder le pregunte, ¿Cuántos años tienes de sacerdote?, como 27, respondió. ¿Y como le hago para durar “como 27” años de casado?. Se quedo pensativo un instante, bueno, eso siempre lo hace, no es de los que hablan por hablar, lo cual desde entonces sabia y por tanto también sabia que vendría una sabia respuesta, la cual fue: ten muchos matrimonios amigos.
Ocho años después, esa frase se me ha venido a la mente un sin fin de veces; aunque aquella vez, confieso que me sentí un tanto defraudado, esperaba una respuesta mas profunda, algo así como el secreto del matrimonio perfecto y eterno. Pero como los buenos vinos, los buenos consejos se van comprendiendo con el paso del tiempo.
Para mi la amistad es uno de los dones mas preciados que Dios puede dar, aunque definir la amistad no me gusta, toda definición es incompleta y, la amistad es una de esas cosas infinitas, por tanto una definición seria inútil. Es decir, se puede ser amigo de mil millones de formas diferentes, inclusive estoy casi seguro que cada relación interpersonal es única e irrepetible. La forma en que Jesucristo tuvo amistad con Juan, es muy diferente a la que tuvo con Pedro o con Santiago. Es decir, cada amistad esta en un punto especifico de la historia de cada cual.
Creo que una de las cosas que mas ayudan a sobrellevar esta experiencia que es vivir es aprender de los demás, si nos fijamos bien ir a la escuela es eso, aprender lo que otros descubrieron e inventaron y si en el área mental lo hacemos, ¿Por qué no hacerla en el área emocional?, allí es donde la amistad cobra su valor, su sentido mas profundo. La amistad es pues un crecer juntos, el que no tiene amigos se queda corto, es un egoísta al fin de cuentas encerrado en su pequeño mundo de “mi mismo”.
La convivencia con los demás nos marca, nos convierte un poco en el otro, nos influye; este proceso de parecerse a los otros es hasta inconsciente. No lo notamos, pero nos parecemos a los que nos rodean, yo hoy me descubrí usando unos huaraches muy parecidos a los que le vi a un amigo hace unos días…el que con lobos anda a aullar se enseña, dice el refrán. Allí estaba la sabiduría de aquel consejo de hace 8 años.
Alcides
Ocho años después, esa frase se me ha venido a la mente un sin fin de veces; aunque aquella vez, confieso que me sentí un tanto defraudado, esperaba una respuesta mas profunda, algo así como el secreto del matrimonio perfecto y eterno. Pero como los buenos vinos, los buenos consejos se van comprendiendo con el paso del tiempo.
Para mi la amistad es uno de los dones mas preciados que Dios puede dar, aunque definir la amistad no me gusta, toda definición es incompleta y, la amistad es una de esas cosas infinitas, por tanto una definición seria inútil. Es decir, se puede ser amigo de mil millones de formas diferentes, inclusive estoy casi seguro que cada relación interpersonal es única e irrepetible. La forma en que Jesucristo tuvo amistad con Juan, es muy diferente a la que tuvo con Pedro o con Santiago. Es decir, cada amistad esta en un punto especifico de la historia de cada cual.
Creo que una de las cosas que mas ayudan a sobrellevar esta experiencia que es vivir es aprender de los demás, si nos fijamos bien ir a la escuela es eso, aprender lo que otros descubrieron e inventaron y si en el área mental lo hacemos, ¿Por qué no hacerla en el área emocional?, allí es donde la amistad cobra su valor, su sentido mas profundo. La amistad es pues un crecer juntos, el que no tiene amigos se queda corto, es un egoísta al fin de cuentas encerrado en su pequeño mundo de “mi mismo”.
La convivencia con los demás nos marca, nos convierte un poco en el otro, nos influye; este proceso de parecerse a los otros es hasta inconsciente. No lo notamos, pero nos parecemos a los que nos rodean, yo hoy me descubrí usando unos huaraches muy parecidos a los que le vi a un amigo hace unos días…el que con lobos anda a aullar se enseña, dice el refrán. Allí estaba la sabiduría de aquel consejo de hace 8 años.
Alcides