
Existe el mal, el dolor, la injusticia, el pecado, es decir todo lo que se antepone a lo bello, lo sublime, el amor, etc. Existen y en ello se nos va una pregunta antiquísima, ¿Por qué Dios lo permite?, ¿no revela esta dualidad un sadismo de Dios?.
La respuesta a esta aparente contradicción solo la encontramos en la dimensión de la fe; El mal subsiste porque Dios lo utiliza como herramienta para el bien, o como lo planteo San Pablo: todo sucede para el bien de aquellos a los que ama el Señor; y al decir todo, se refería inclusive a aquello que en nuestra visión humana es “malo”.
Todo esto surge porque mi hija nuevamente me inquieta con sus preguntas; veíamos El Jorobado de Notre Dame y ella me preguntaba como Dios hacia tan feo a un niño tan bueno como Cuasimodo, pobre Cuasimodo sufría tanto por su fealdad.
Claro esta que la respuesta inicial debe ir por el lado de la belleza interior, aquella que todos sabemos es mas importante que la exterior; pero después surge lo que comentaba al principio: el porque.
Alcides
La respuesta a esta aparente contradicción solo la encontramos en la dimensión de la fe; El mal subsiste porque Dios lo utiliza como herramienta para el bien, o como lo planteo San Pablo: todo sucede para el bien de aquellos a los que ama el Señor; y al decir todo, se refería inclusive a aquello que en nuestra visión humana es “malo”.
Todo esto surge porque mi hija nuevamente me inquieta con sus preguntas; veíamos El Jorobado de Notre Dame y ella me preguntaba como Dios hacia tan feo a un niño tan bueno como Cuasimodo, pobre Cuasimodo sufría tanto por su fealdad.
Claro esta que la respuesta inicial debe ir por el lado de la belleza interior, aquella que todos sabemos es mas importante que la exterior; pero después surge lo que comentaba al principio: el porque.
Alcides
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