
Hoy celebramos los católicos la Asunción de Maria, dogma de fe a partir de 1950. Cuestionar cualquier cosa sobre esta gran mujer es sin duda asumido para la gran mayoría de los sedicentes católicos como un acto beligerante. Y sin embargo sabemos tan poco históricamente de ella. Los evangelios apenas si la mencionan y San Pablo guarda total silencio en sus epístolas; así que, no habiendo mas, nos basamos en conjeturas mayormente.
Quizás ese silencio histórico se deba a que precisamente Dios quería prever el desvió de la fe hacia una idolatría a Maria. Al respecto el psicoanalista Erich Fromm lo señalo hace muchos años, el éxito del catolicismo radico grandemente en que Maria despertaba ese sentido maternal de la divinidad que necesitan los humanos. Es decir, veíamos en Maria una diosa.
Por eso necesitamos a la verdadera Maria, a la mujer, a la que a veces no tenia dinero ni para comer, a la que anduvo por estas tierras llenándose de polvo, que sudo, que lloro, que rió, que cocino para Jesús, que todo lo hizo en el amor mas sublime, el amor callado, yo me quedo con esa Maria.
Quizás ese silencio histórico se deba a que precisamente Dios quería prever el desvió de la fe hacia una idolatría a Maria. Al respecto el psicoanalista Erich Fromm lo señalo hace muchos años, el éxito del catolicismo radico grandemente en que Maria despertaba ese sentido maternal de la divinidad que necesitan los humanos. Es decir, veíamos en Maria una diosa.
Por eso necesitamos a la verdadera Maria, a la mujer, a la que a veces no tenia dinero ni para comer, a la que anduvo por estas tierras llenándose de polvo, que sudo, que lloro, que rió, que cocino para Jesús, que todo lo hizo en el amor mas sublime, el amor callado, yo me quedo con esa Maria.
Alcides
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