sábado, 27 de septiembre de 2008

Muchas noches como esta.


Muchas noches, muchas veces, vengo acá y me siento a escribir, mas en ese mismo instante desaparecen las ideas, hago dos o tres líneas, las borro, cambio de tema…igual nada, vuelvo a borrar, me quedo pensando en algunas de las diez mil cosas que tiene mi vida, cada una son como afluentes de un río, que van haciendo a ese gran río que es mi existencia. Pero no quiero decir con ello, que mi vida sea grande, sino solo que nuestras vidas, la tuya, la mía son un conjunto de mil arroyuelos que forman el rió de la vida, de nuestra cotidiana existencia.
Pensar en que mañana hay que ir al trabajo, hacer un ejercicio mental sobre que camisa te vas a poner, luego brincarse a recordar la comida en el restauran de la carretera, estuvo exquisito el caldo de albóndigas. Luego, ¿dónde rayos abre dejado el disco de Joaquín Sabina?, a ese paseo mental me refiero.
Conozco a mucha gente –bendita suerte- y, todos se ponen calcetines en la mañana, todos sienten hambre y buscan que comer, todos llevan su carro a la gasolineria, a veces se ponen tristes porque la vida les pone una zancadilla, otras están felices en su cumpleaños. La mayor parte de la vida se les va, se nos va en ese universo de pequeñas cosas que conforman el trajinar diario. Así que no debiéramos olvidarnos tanto de eso que parece insignificante e intrascendente, eso es, la vida misma.
Así que yo me despido por esta noche, estoy jugando muy a gusto al Solitario en mi laptop.
Alcides

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