El problema de los problemas es que aparentan ser muchos, con lo cual debido a nuestro insipiente agnosticismo acaban por agobiarnos. Si hiciéramos una lista resultaría misión infinita acabarla. Donde metan las narices los humanos acaban sacando un mar de problemas, desde Dios mismo, pasando por la política hasta llegar al mecánico que no ha dejado bien nuestro carro. Todo es motivo de controversia, discusión y desacuerdo, todo es problema.
¿Pero en realidad hay tantos problemas?, bueno, sin duda hay muchos, pero seria interesante hacer un discernimiento si todos los problemas lo son en realidad; pues al menos a mi, me queda el sabor de que muchos intrincados son mas bien consecuencias de otros y, eso suena hasta lógico, ¿no?, un problema desemboca en otro y hasta en otros. Es como si viéramos un rió, ese rió es alimentado por un sin fin de arroyuelos, no ver esos arroyuelos nos lleva a creer que el rió es grande por si mismo, que nació grande quien sabe donde montaña arriba.
Los hombres tenemos la capacidad de razonar, no solo como herramienta para sobrevivir, sino para convivir, pues la vertiente principal de los problemas surgen en la esfera de la convivencia con los demás, somos seres sociales, sin embargo las relaciones interpersonales del nivel que sea suelen estar llenas de bemoles, de sin sabores, de incomprensiones y de todo eso que hace que a menudo salgamos de pleito con Mariquita la de enseguida o con Eustaquio el de abajo.
En este sentido se ha trabajado mucho los últimos años en el área de la psicología para brindar una pedagogía de las emociones, pues son las emociones las que gobiernan nuestros actos, queramos o no, el impulso primero esta ampliamente gobernado por las emociones.
Alcides
¿Pero en realidad hay tantos problemas?, bueno, sin duda hay muchos, pero seria interesante hacer un discernimiento si todos los problemas lo son en realidad; pues al menos a mi, me queda el sabor de que muchos intrincados son mas bien consecuencias de otros y, eso suena hasta lógico, ¿no?, un problema desemboca en otro y hasta en otros. Es como si viéramos un rió, ese rió es alimentado por un sin fin de arroyuelos, no ver esos arroyuelos nos lleva a creer que el rió es grande por si mismo, que nació grande quien sabe donde montaña arriba.
Los hombres tenemos la capacidad de razonar, no solo como herramienta para sobrevivir, sino para convivir, pues la vertiente principal de los problemas surgen en la esfera de la convivencia con los demás, somos seres sociales, sin embargo las relaciones interpersonales del nivel que sea suelen estar llenas de bemoles, de sin sabores, de incomprensiones y de todo eso que hace que a menudo salgamos de pleito con Mariquita la de enseguida o con Eustaquio el de abajo.
En este sentido se ha trabajado mucho los últimos años en el área de la psicología para brindar una pedagogía de las emociones, pues son las emociones las que gobiernan nuestros actos, queramos o no, el impulso primero esta ampliamente gobernado por las emociones.
Alcides
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