viernes, 22 de agosto de 2008

Celular


Hoy llego el recibo del teléfono celular; en promedio el mes de julio, tuve la curiosidad por ver cuantas llamadas venían desglosadas en el recibo, en promedio fueron 90 llamadas diarias, entre entrantes y salientes.
El teléfono se volvió pues imprescindible para la vida actual y sin embargo hace unos cuantos siglos, ni ha telégrafo llegaban, y eso que hoy el telégrafo esta prácticamente descontinuado.
La tecnología nos atrapa, para producir más, hay que consumir más. Si ganamos 100, gastamos 100, si ganamos 1000, gastamos 1000. Eso es el estatus de vida, el tren de vida, aunque por desgracia es inversamente proporcional a la calidad de vida. Consumir no es bien vivir, a lo sumo es buscar vivir, tratar de exprimir en la cosa comprada unas gotas del sumo de la felicidad verdadera, a sabiendas de que es imposible.
Así en ese mercadeo vigente queremos comprar hasta lo trascendente, a Dios mismo, por eso se ofertan tantas y tantas sectas, tantas y tantas nuevas doctrinas, inclusive importamos de oriente viejas creencias revestidas de modernidad (feng sui, yoga, control mental, etc.) Para que nos hagan felices por arte de magia, como si la felicidad trascendente fuera posible en esta vida.
Alcides

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